miércoles, 25 de diciembre de 2019

Los compañeros de Odebrecht

Jorge Vivanco Mendieta

El Gobierno inauguró con solemnidad el Complejo Hidroeléctrico de San Francisco, del cual se hacía lenguas de haber rescatado del descuido burocrático de gobiernos anteriores, lo cual es cierto, y se entusiasmó con el trabajo de la constructora brasileña Odebrecht, a la cual inclusive le dio un premio, parece que de 20 millones de dólares por haber ejecutado la obra en un plazo menor al previsto. Al poco tiempo se descubrieron fenómenos extraños que se atribuyen a la mala construcción del túnel, lo cual obligó a suspender las operaciones con un lucro cesante de más o menos 200.000 dólares diarios, que multiplicados por el tiempo que se supone durará la suspensión, llegaría a similar cantidad que el premio que dieron a la empresa.

La labor de la Secretaría de Investigación de actos de corrupción, merece aplausos, y merece también aplausos la actitud firme de los funcionarios que han conminado a la Odebrecht a pagar el lucro cesante ya mismo, so pena de irse con todos sus bártulos a Brasil, firmeza que ciertamente no se había conocido en tiempos anteriores.

Pero la Odebrecht, siendo la principal responsable del fracaso de la ejecución de esta obra tan importante, no es la única; tiene algunos compañeros sobre los cuales nada dicen en el gobierno, quizá porque están ocupando importantes funciones dentro del mismo proyecto. Y esto no es justo. Son corresponsables del fracaso los funcionarios que debieron fiscalizar la ejecución de la obra y su operación; si es que se quiere hacer justicia completa, ellos también deben ir al banquillo de los acusados.

En una nota recogida por "Ecuador Inmediato", se afirma que Traficc News informa de una serie de irregularidades y hasta incorrecciones cometidas a lo largo de los trabajos. Comienza por indicar que "cuando se construyó el Complejo Hidroeléctrico San Francisco, junto a la turística ciudad de Baños de Agua Santa, gastó (Odebrecht) un alto monto de dinero para 'convencer' a muchos campesinos así como autoridades locales de ese entonces, para que 'colaboren' con el proyecto".

Hace notar también que la forma de contratación de servicios fue un método para conseguir adhesiones y remover los obstáculos que de otra forma se hubieran opuesto a la ejecución de la obra, pero además la experiencia tenida, ha producido un desencanto en las comunidades que ahora se oponen a la ejecución de cualquier otro proyecto hidroeléctrico, en defensa de la ecología que, dicen, ha sido devastada en esa zona.

Textualmente añade: "La construcción del túnel que alimentaría las turbinas, produjo que varias cascadas y fuentes de agua se sequen en un tramo de casi 10 kilómetros de largo, paralelo con el recorrido del túnel; sin embargo los ejecutivos de Odebrecht aseguran que el cambio climático se debe a otras causas".

El asunto va más allá y se pone más grave, pues de las inspecciones realizadas al túnel, en donde se registran las mayores deficiencias, se está probando que ha sido revestido solo en algunas partes, tomar en forma ilegal agua de los acuíferos y cascadas, "pero esta falta de revestimiento para permitir la permeabilidad del túnel se convirtió en una debilidad estructural que terminó con el derrumbe del mismo y la paralización del servicio eléctrico que debía entregar Odebrecht (…)".

Otro aspecto es el daño al paisaje. Todos sabemos que esa zona de la cordillera oriental de los Andes, en donde el Pastaza se abre paso hacia la llanura amazónica, en medio de un laberinto de ramales andinos impresionante de montañas que forman un imponente cuadro natural, es ante todo turístico, comenzando por Baños de Agua Santa; pues el paisaje se ha destruido y, por lo mismo, el turismo, fuente de vida de esos pueblos, ha disminuido.

Así pues, Odebrecht tiene sus compañeros que también deben responder por la obra fracasada.


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