sábado, 28 de diciembre de 2019

La revolución, el primo y el naño

25/Septiembre/2012

Felipe Burbano de Lara

Pedro Delgado condensa tres dimensiones de la revolución ciudadana: la lógica de la superconfianza, los anhelos de la clase media por ascender socialmente –con la inigualable oportunidad que ofrece el manejo del Estado- y la presencia de grupos con intereses y visiones contradictorias dentro del correísmo, que ponen en aprietos el liderazgo del presidente Correa.

Resulta difícil entender por qué Pedro Delgado es la persona indicada para manejar un ámbito estatal donde el dinero y los intereses arden, como es el fideicomiso "No más impunidad", donde se encuentran las empresas incautadas a los banqueros. Tan importante es el cargo del primo, y tan importante el primo, que dejó Miami para venir al Ecuador (aunque su esposa siga allá como cónsul). Ejerce sus funciones públicas trepado en un avión. Según un reporte de la revista Vanguardia, entre 2007 y agosto del 2012 salió 86 veces del país y estuvo fuera 630 días. ¿Cómo una revolución que se enorgullece de sus cuadros técnicos requiere del primo para administrar, en esas condiciones, un campo tan delicado? Respuesta: la superconfianza.

El acto de respaldo a Delgado en el Hotel Quito fue una suerte de reivindicación del derecho de la clase media a su progreso y ascenso social, para lo cual había que enarbolar la honestidad. Se trata de un signo poderoso de la revolución ciudadana.

Honestidad y méritos son justificaciones éticas del ascenso de la clase media y de su derecho a dirigir, transformar el Estado e imponer sus valores. De los méritos profesionales de Pedro Delgado no se puede decir mucho porque la página web del Banco Central ha colocado, junto a su hoja de vida, un dato curioso: "en actualización". Se actualiza en medio de las dudas lanzadas sobre sus títulos profesionales. La noche del homenaje, Delgado debió escuchar la catarata de elogios desde una silla debido a una lesión provocada por una vaquilla durante una tienta en una finca incautada por la AGD. Disfrutes –y percances- de la nueva posición social. El honor de la clase media en el poder fue celebrado con bocaditos, vino y whisky, en plenos tiempos de impuestos altos al licor. Los personajes importantes llegaron en carros cuatro por cuatro, seguridad policial y luces. Desde esta perspectiva, Fabricio Correa –el naño- puede ser considerado el espejo roto de la revolución: tanto resentimiento, tanta queja, tanta ira, no puede sino expresar la indignación de ver pasar ante sus ojos una oportunidad inigualable.

Lo de Cofiec, el préstamo a Duzac, su desaparición, las negociaciones financieras con Irán, muestran un lado feo del correísmo, con sus propios intereses y juegos, con sus propias formas de actuar, como muestran las amenazas a Jeanette Hinostroza. Después de haberla dejado vulnerable por semanas enteras de descalificaciones y burlas, llegaron las amenazas.

¿Cómo se relacionan las palabras presidenciales y los acontecimientos? La pregunta que se cierne sobre Delgado es cuánto conocía de las negociaciones alrededor de Cofiec y de las andanzas de Duzac. A diferencia del naño, que fue desprotegido, el primo recibió un espaldarazo enorme. Superconfianza, aspiraciones sociales y grupos con intereses propios dentro del correísmo, es lo que condensa la figura del primo.


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