sábado, 28 de diciembre de 2019

Pedazo de majadero

26 Octubre, 2010
Martin Pallares

Es difícil hacer pronósticos sobre el futuro de las relaciones entre la Policía y el Gobierno. Lo único que es sencillo es concluir que si esas relaciones no mejoran, el ejercicio de gobernar será duro y complicado.

Pero todo indica que muy poco se hace desde el Gobierno para establecer una nueva relación de respeto mutuo.

Tengo la impresión de que la más reciente explosión de insultos del presidente Rafael Correa en contra del coronel César Carrión, director del hospital de la Policía, no es un buen augurio. "Ni sé el nombre de este tipejo, pero que sepa con quien se está metiendo: soy el Presidente de la República ¡pedazo de majadero!… Tú eres mi subalterno y no puedes estar tratando de hacer quedar como mentiroso a quien es tu jefe". Es casi imposible imaginarse un estadista moderno expresarse así durante una presentación pública, independientemente si tiene razón o no, pero me temo que estas expresiones va a hacer más difícil una reconciliación entre Gobierno y Policía.

Hay muchas razones para pensar en ello. Una es que el coronel Carrión goza de simpatía entre la oficialidad policial y que, pese a todo lo que haya gritado Correa el sábado, tiene el respaldo de un importante sector de la Policía.
Existe también la certeza, dentro de la oficialidad y tropa, de que el Presidente no dijo la verdad y fue inmensamente injusto cuando acusó a Carrión de haber puesto candado a la puerta de acceso para evitar que sea atendido por asfixia. No es secreto que entre los médicos que estaban en el lugar, existe el convencimiento de que todo fue al revés. Es decir que Carrión fue quien abrió la puerta para que Correa pueda ponerse a buen recaudo de los gases en el Hospital. Es más, muchos dicen haber sido testigos de cuando el coronel Carrión dispuso que se le asistencia médica al Presidente. Cómo dice El Comercio, cuando el Mandatario ya estuvo alojado en el tercer piso, Carrión le dijo en son de broma "esta es la llave que le salvó señor Presidente".

Pero el sábado pasado, Correa ordenó que Carrión sea destituido y dado de baja. "Ministro Jalkh, ya se lo dije: este señor inmediatamente afuera de la Policía", dijo Correa ese día. Pero la verdad es que la cosa no es tan sencilla. Para que Carrión sea dado de baja deberá haber todo un proceso con un sumario incluido y ahí el acusado, se supone, deberá dar su versión. Todo este trámite con lo que pueda tomar, inevitablemente exacerbará sensibilidades y encenderá más resentimientos.

Por todo esto me temo que el sosiego en los terrenos del poder aún demorará en llegar. Y mientras más se grite, la solución más lejos va a estar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario