lunes, 30 de diciembre de 2019

Esto es retroceder, Patria

Por: Gonzalo Ortiz Crespo

12/Enero/2014


La concentración empresarial, es decir la presencia de pocas empresas dominantes en cada uno de los sectores de la economía, ha sido tradicionalmente alta en el Ecuador. En un Gobierno que se proclama socialista lo que cabría esperar es que esa concentración disminuya y se creen muchas empresas que compitan. Pero lo sucedido en el Gobierno de Correa es lo contrario: la producción se ha concentrado más pues han desaparecido empresas y hoy son mucho menos las que producen, con lo que acaparan una mayor proporción del mercado. 

Lo comprueba un informe realizado en la PUCE en junio de 2010. Las cuatro autoras toman la clasificación internacional de la actividad industrial y comparan lo acontecido entre 2002 y 2008. El resultado es sorprendente. Por ejemplo, si en 2002 había dos empresas dedicadas a la extracción de minerales de hierro, en 2008 solo quedaba una; si en edición de materiales granados había cuatro empresas en 2002, en 2008 solo quedaba una; si había seis empresas fabricantes de artículos deportivos en 2008 quedaba una; seis empresas de fundición de hierro y de acero se redujeron a tres; 22 que extraían minerales para la fabricación de abonos y productos químicos se hicieron 13, y así sucesivamente.

La economía ecuatoriana está dominada cada vez más por monopolios, duopolios u oligopolios, cuando en teoría un Gobierno socialista fomenta la competencia. Las autoras comprueban con datos del SRI que en bebidas no alcohólicas, 81% de las ventas la tiene una sola empresa, mientras que 155 empresas se disputan el 19% restante. En productos de higiene, 76% de las ventas la tienen dos empresas, mientras otras 88 se disputan el 24% restante. En lácteos, cinco empresas venden 61%, mientras que 436 empresas venden el 39% restante. En molinería, cinco empresas venden 71% del total, mientras 335 empresas venden el 29% restante. En aceite, 58% vende una empresa, y 13 el 42% restante. En pastas dos empresas venden 54%, y 26 empresas el 46%. Y así por el estilo.

Como se ha priorizado el consumo y no la producción, el crecimiento del sector manufacturero se explica por el crecimiento de las grandes empresas, no de las menores, que, al contrario, han quebrado o cerrado, lo que da como resultado una mayor concentración de los medios de producción. Quizás alguien diga que esto es consustancial al capitalismo, pero eso mismo es lo que se cuestiona en un país con alta concentración de la riqueza y con un régimen que proclama querer sembrar una mayor justicia social. Lo que está pasando es lo contrario: la pirámide se estrecha en la punta y el prolífico gasto estatal solo sirve para maquillarlo. 

¿Dónde está la gran revolución si en diciembre de 1990 el 10% más rico del Ecuador recibía 34,8% del ingreso total y en diciembre de 2010 recibía el 37,5%? Los otros deciles han bajado un poco su participación en el ingreso total para dar paso a esta mayor concentración de la riqueza. Los datos son del Ministerio Coordinador del Desarrollo Social. Definitivamente, si en esta columna el último domingo de 2013 dudaba si había progreso ("¿Avanzamos Patria?") y el 5 de enero afirmaba que marchábamos en el propio terreno ("Esto no es avanzar, Patria") hoy cabe concluir que con Correa la estructura económica y social del país ha retrocedido.

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