domingo, 29 de diciembre de 2019

Aún no logro entender qué paso con la capacidad de crítica de los ecuatorianos. No comprendo por qué nuestra sociedad se contenta con las justificaciones banales del poder para actos que otrora hubiesen sido suficientes para salir a las calles a protestar e inclusive desestabilizar a un régimen. No estoy abogando por volver a esos terribles años de inestabilidad, pero no puedo evitar preguntarme dónde están todas esas personas que antes no comían cuentos. Ortega y Gasset, en su brillante obra La Rebelión de las Masas, describe al hombre masa –el que acaba con las civilizaciones– como aquel que cree que con lo que sabe ya tiene más que suficiente y no siente curiosidad por saber más. Sólo así se puede entender por qué los ecuatorianos no solo que ya no cuestionan sino que han dejado de considerar detenidamente algunas de las razones que emanan de las mentes lúcidas que hacen la revolución ciudadana. A veces pienso que el poder ha comprendido esta circunstancia

Pablo Ortiz García 

06/09/2013

Silencio estudiantes. Ahora, por pedido de las autoridades no pueden reclamar, protestar, exigir. A partir de hoy, solo podrán emitir loas al gobierno. Hablarán de las magníficas obras que impulsa en favor de los desposeídos. Silencio estudiantes porque no pueden cuestionar la extraordinaria educación que reciben gracias a los nuevos planes que ha puesto en marcha el gobierno, cuya obra central ha sido dividir el año lectivo en quimestres, en vez de trimestres.   

Silencio estudiantes porque si alzan la voz o intentan hacer uso del derecho constitucional al reclamo, petición, o a la libre expresión, se quedan sin cupo para asistir a clase, y el índice de analfabetos aumentará. Silencio estudiantes porque callados asimilan mejor las novedosas ideas que el gobierno "informa" en sus cadenas nacionales en las que desprestigia a quienes discrepan con sus políticas.

Silencio cantautores, porque si su canto señala errores en una pseudo democracia, podrían ser agredidos de palabra por quien dispone en esta nación, y ser ofendidos con calificativos que solo él puede proferir a cualquier ciudadano que no acepte sus actitudes y decisiones. Silencio artistas porque sus obras pueden ser confiscadas si lo que en ellas se expresa no tiene el color de la moda impuesta.

Silencio estaciones de radio, ya que solo pueden hacer escuchar a sus oyentes el tango Silencio en la Noche o Vasija de Barro. Hay alguien que busca un silencio prolongado para enterrar las libertades. Para convertir esta nación en una hacienda en la que no tienen cabida los "indisciplinados".

Silencio periodistas que intentan adentrarse en el Parque Nacional Yasuní, porque todo lo que se filme, escriba o se refleje en fotos, deberá ser entregado a las autoridades para que lo analicen y decidan si se publica o no (¿No era que estaba prohibida la censura previa? ¡Para qué la pusieron en la Ley de Comunicación!). Silencio aves, reptiles, mamíferos, insectos que están en la selva, porque su cantar y movimientos incomodan los planes extractivos de petróleo.

Estorba cualquier sonido que opaque los aplausos de los empleados del régimen. Silencio "tuiteros" porque sus expresiones serán analizadas hasta concluir que son ofensivas a los intereses ciudadanos.

Silencio movimientos sociales y políticos, porque su protesta puede ser catalogada de rebelión e incitación a la violencia. Silencio jueces porque si aplican el derecho y la sana crítica en sus sentencias, pueden ser destituidos por el Consejo de la Judicatura. Silencio ecuatorianas porque por sus expresiones serán obligadas a pedir disculpas.

Silencio habitantes de Ecuador porque el peso del poder se les aplica si alzan la voz. Silencio, nadie proteste porque este es un reino maravilloso… en silencio. 

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