sábado, 28 de diciembre de 2019

La caricaturesca tesis de la conspiración

20 Octubre, 2010
Martin Pallares

Hay telenovelas con buenos guiones pero que no tienen mayor pegada en la audiencia. Hay otras, en cambio, que tienen guiones ridículos y que son grandes éxitos. Uno de esos casos era la Gata Salvaje, que se transmitía por TC Televisión al mediodía y que mantenía en suspenso a miles con un guión absurdo y unos personajes completamente caricaturescos.

A la tesis del golpe de Estado que mantiene el Gobierno le pasa lo mismo que a la Gata Salvaje. Tiene un guión que es tan absurdo y ridículo que únicamente podría funcionar en una de esas telenovelas que se transmiten al mediodía. Veamos porqué.

La tesis de la conspiración tiene dos grandes piezas argumentales. Por un lado, la versión de que hay un testigo bajo protección del Estado que, según el presidente Rafael Correa, afirma que Fidel Araujo lo quiso contratar para matarlo. Pero resulta que el tal testigo describe en su testimonio a una persona que, ni de lejos, es el Fidel Araujo que muchos conocen. Primero porque la descripción física del personaje no coincide para nada con Araujo y luego porque afirma que la persona que supuestamente lo quiso contratar para cometer magnicidio vestía una ropa que, como le consta a cientos de miles de personas que vieron a Araujo en videos y en las propias cadenas del Gobierno, era completamente distinta a la que llevaba puesta el sospechoso.

Luego, el testigo protegido por la Fiscalía afirma que el supuesto Araujo le ofreció pagarle USD 5 000 para que le tome una foto con una cámara que solo puede existir en una película de James Bond. Se trata, ni más ni menos, de una cámara que lleva una arma de fuego incorporada. No solo que el concepto de una cámara de fotos que lleva en sus entrañas una pistola es alucinada, sino que en ningún lado de la declaración el testigo dice que haya sido contratado para cometer magnicidio. Eso parece ser un añadido del Presidente.
La segunda gran pieza de la tesis de la conspiración es una reunión en Miami, donde Lucio Gutiérrez dio una conferencia, siete días antes de los incidentes en el Regimiento Quito. El Presidente, en tono grave y lírico, dijo ante miles de partidarios que la gran prueba de la conspiración era esta reunión, en la que personas como Mario Ribadeneira y Pablo Lucio Paredes se habían congregado para organizar el golpe junto con el cubano Carlos Alberto Montaner. Pues resulta que luego se sabe que esta reunión "conspirativa" fue un foro público organizado por una cosa llamada Instituto Interamericano por la Libertad y la Democracia, y al que asisten quienes quieran hacerlo. Resulta cómico imaginarse una reunión abierta al público y que puede verse incluso en Youtube para planificar un golpe de Estado.

Lo más increíble de este ridículo y caricaturesco guión es que haya quien se lo cree. Si esto fuera La Gata Salvaje, el personaje que salió a decirle a cuanto diario y agencia internacional que Araujo fue contratado para matarle y que en Miami se gestó la conspiración, lo único que provocaría es una profunda ternura. Y una tibia sonrisa.



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