sábado, 28 de diciembre de 2019

La razón la tienen los votos

10 Octubre, 2010
Martin Pallares

Se ha hablado mucho sobre la democracia plebiscitaria y sobre cómo este sistema, que tomó fuerza desde Montecristi, ha socavado el principio de la representación en el sistema político ecuatoriano. El buen artículo de Iván Carvajal, el domingo en El Comercio, es una de las tantas referencias que se hacen al tema.

Pero pareciera que hay también una suerte de plebiscitarismo psicológico o cultural enraizado en la conversación nacional. El presidente Correa, desde hace algún tiempo, descalifica a quienes lo critican asegurando que no tienen tantos votos como él o que, simplemente, no tienen voto alguno. Y así ha aplastado a quienes han osado pensar distinto a él.

Un lector de este blog deslegitimó hace poco mi derecho a opinar porque, según él, yo no he ganado ni un solo voto. Y tiene razón, creo que la última vez que gané algo por votación fue hace más de 30 años cuando mis compañeros de equipo de fútbol barrial votaron para que yo vaya a recoger el balón que había caído en la casa donde reinaba un enorme y furioso Pastor Alemán.
En este mismo tipo de racionamiento ha caído también el ministro de Defensa, Javier Ponce. En una entrevista que le hizo El Universo, Ponce defiende la cadena de radio y televisión que impuso el Gobierno el jueves 30 de septiembre y asegura que ahí no hubo censura. Cuando le pregunta si en otras circunstancias, es decir cuando era periodista, hubiera defendido la cadena, Ponce responde así: "Yo viví otras circunstancias; eran gobiernos que habían fracasado, que tenían el rechazo popular".

Según este razonamiento, una cosa es juzgar una cadena como la del 30 a través del prisma de un gobierno popular y otra a través de uno que no lo es. Por eso Ponce, habla de gobiernos "fracasados" y que "tenían el rechazo popular".

La reflexión de Ponce no deja de ser curiosa. No solo por el hecho de que no se sostiene el argumento de que un principio, en este caso el de libertad de expresión, sea una cosa cuando hay un gobierno popular y otra cuando hay uno impopular, sino porque estoy convencido de que Ponce hubiera estado radicalmente en contra de esa cadena cualquiera que hubiera sido la aprobación popular del gobierno que la hubiera adoptado. Conozco a Javier Ponce, he trabajado con inmensa admiración junto a él y por eso me atrevo a hacer esta afirmación.

La diferencia está en que ahora Ponce está en el poder. A eso se reduce absolutamente todo.

Esta reflexión a propósito de Ponce se me viene a la cabeza cuando pienso en el lector que me dijo que no opinara porque no tengo votos. Estoy también convencido de que este señor, no recuerdo su nombre ahora, jamás me hubiera deslegitimado con el argumento de mi falta de votos si mi criterio hubiera coincidido con el de él. Así de simple.



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