sábado, 28 de diciembre de 2019

No todo el Gobierno cree en la conspiración gutierrista

14 Octubre, 2010
Martin Pallares

La tesis de que hubo un intento de golpe de Estado planificado y ejecutado por el gutierrismo y s sectores de la oposición no es compartida en todo el Gobierno. Hay sectores que creen que tras el trágico desarrollo que tomó la protesta policial del 30 de septiembre hubo oscuros intereses más bien vinculados con el crimen organizado. Información digna de confianza apalanca la posibilidad de que en el Gobierno hay dos lecturas distintas sobre los hechos.

Esta tesis, que es la que menos exposición ha tenido porque los medios oficiales se han enfocado en la supuesta conspiración gutierrista, apunta a que la molestia policial fue manipulada por sectores del crimen organizado que ha hecho metástasis en determinados grupos de la Policía. Estos oscuros intereses, dicen, habían planificado una suerte de emboscada para que sea la cabeza del ministro del Interior, Gustavo Jahlk, la que debía rodar la mañana del el 30 de septiembre en los patios del Regimiento Quito. La decisión del presidente Correa de ir hasta el lugar ese mañana, sin embargo, cambió el derrotero de la estrategia, dice esta tesis.

¿Por qué el crimen organizado pudo haber estado manejando ciertos hilos del 30-S? La sospecha en los sectores del Gobierno que creen en esto, dicen que se produjo por ciertos cambios y reformas que se estaban impulsando en la Policía y que estaban perjudicando determinados intereses de grupos mafiosos, no solo vinculados con el narcotráfico sino con otras manifestaciones delincuenciales, incluidos los robos a contenedores que salen del puerto de Guayaquil.

Es en esta línea que el miércoles se inició la investigación a ciertos miembros ex policías que se hallan presos en una cárcel de Quito por un asunto anterior a los hechos del 30.

Sin embargo hay otro sector del Gobierno, quien sabe si de mayor influencia sobre el Presidente, que tiene metido entre ceja y ceja el guión de un complot según el cual la oposición coordinó de manera prolija las acciones en la Asamblea y en el Regimiento Quito, para derrocar a Correa. Este es, sin duda, es el libreto de la investigación periodística que ha sido difundida por varios medios gubernamentales como TC Televisión, TV Ecuador y la agencia noticiosa Andes. Y es, además, la continuación más coherente con la línea editorial que se manejó en aquella cadena de chatarra que pretendió monopolizar la comunicación aquel durante el jueves 30 de septiembre.

En este punto cabe plantearse dos hipótesis para entender el empecinamiento por defender a ultranza la tesis del golpe opositor. Una es que, de forma sincera y convencida, hay la certeza de que la oposición estuvo manipulando y manejando de forma coordinada todos los acontecimientos. No es raro pensar, tomando en cuenta los orígenes políticos de muchos miembros del Gobierno, que la teoría de la conspiración sea la de mayor pegada y credibilidad.

Pero hay una posibilidad que puede ser la más peligrosa. Consiste en pensar que un grupo de personas, de forma intencional, esté haciendo los malabares que sean necesarios para convencer al Presidente y a la opinión pública de la teoría de la conspiración. Así, aquella pista que hace sospechar que el pulpo de la mafia (así mismo lo han denominado) podría quedar huérfana de cualquier investigación.

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