domingo, 29 de diciembre de 2019

¿Sólo 4 años más?

Daniela Chacón Arias
febrero 25 2013


Correa inaugurará su tercer mandato en un contexto sin precedentes en el Ecuador de los últimos 30 años. Es el primer Presidente que se reelige desde el regreso a la democracia en el año 79 y que además mantiene su capital político intacto. Correa gana con aproximadamente el mismo porcentaje de votos (57%) con el que ganó en el año 2006 cuando se convirtió en Presidente por primera vez. Además se recupera en provincias en las cuales había perdido en la consulta popular del 2011 y para los próximos 4 años el Ecuador se viste de verde.* 

Más allá de las críticas a lo que innegablemente ha sido una contienda electoral desigual, los ecuatorianos han querido ratificar la gestión del Presidente sin que los escándalos de corrupción ni la cooptación de las diferentes funciones estatales importen mucho en su decisión. El liderazgo de Correa es indiscutible y como había señalado en mi anterior columna su triunfo se debe a una economía boyante que ha permitido al gobierno insertar al país en la modernidad y realizar inversiones importantes en lo social. Pero también se debe a que después de tantos años de inestabilidad política, de gobiernos que se inauguraban prometiendo deshacer todo lo que el anterior hizo, finalmente en el Ecuador hay certidumbre de continuidad de un programa de gobierno, de políticas públicas y de una visión de un Ecuador.

Es evidente que los ecuatorianos aprecian estos cambios, ¿pero estamos dispuestos a renunciar a principios democráticos y dar un cheque en blanco para un proyecto que nos promete salir del subdesarrollo? Si Correa se presenta nuevamente a la reelección en el 2017, ¿los ecuatorianos lo volverán a elegir? Durante esta semana se publicaron varias noticias de que lo primero que hará el gobierno en mayo será impulsar reformas constitucionales y si bien no se ha hablado expresamente de la reelección indefinida, los actores políticos ya han hecho mención de ella. Correa se había pronunciado de que no se postularía para la reelección así la Constitución fuera cambiada, sin embargo en el enlace ciudadano 310 en Naranjal transmitido el 23 de febrero de 2013, afirmó que no se lanzaría a la reelección "excepto si siguen molestando estos mediocres de la partidocracia…".

La continuidad de la revolución ciudadana depende enteramente de Correa y durante estos 6 años de gobierno, el movimiento ha hecho poco o nada por promover figuras que se perfilen como posibles sucesores. Este tipo de proyectos funcionan bajo la lógica de que si entra en riesgo su continuidad, entonces el líder se sacrificará (muy a pesar suyo) para que no mueran todos los logros conseguidos. Salvando las diferencias, Chávez lo ha hecho en Venezuela, gobernando ya 14 años, Morales ya habla de una tercera reelección en Bolivia, y habrá que esperar a ver qué hacen Ortega y Fernández de Kirchner. 

El desorden político y económico de las décadas de los 80 y 90, la falta de visión de las élites ecuatorianas más nuestra historia de afinidad por liderazgos fuertes y autoritarios, hacen que la alternabilidad democrática no sea una prioridad siempre que los gobernantes muestren resultados. Me apena prever que si las condiciones económicas se mantienen y la oposición no logra presentar un proyecto alternativo creíble y viable, Rafael Correa se reelegirá en 2017 si es que decide presentarse.

Y es una pena no porque no aprecie las cosas buenas que ha hecho este gobierno y que continuará haciendo, sino que no hay necesidad de enterrar la poca democracia que nos queda para que el país salga adelante. Los principios de la democracia liberal, alternabilidad, pluralismo político, sujeción de los gobernantes a un estado de derecho y respeto a las libertades individuales civiles, políticas y económicas, corren riesgo cuando una sola persona ejerce el poder con pocos límites y por largos períodos de tiempo. 

La experiencia de estos seis años nos da una señal de que en el próximo período poco se hará por promover estos principios democráticos y se continuará consolidando un proyecto autoritario y excluyente. Las formas poco importarán, dirán que la mayoría calificada que han obtenido en la Asamblea Nacional los legitima para reformar la Constitución sin necesidad de realizar un referéndum como lo pide la misma Carta Magna. Dirán que no se trata de reformas estructurales y que son simples enmiendas. Mientras haya capital político, lo que diga la Constitución no será importante.

Correa, Alianza País, la oposición y la sociedad civil tienen una responsabilidad enorme en estos 4 años. Correa y su movimiento nos podrían demostrar que se pueden lograr cosas en este país y ser democráticos a la vez, la oposición nos podría demostrar que es capaz de trabajar conjuntamente y presentar alternativas al socialismo del siglo XXI, y la sociedad civil nos podría demostrar que puede exigir más de sus gobernantes y que no solo se contentará con lindas carreteras.

* Los resultados más actualizados dan triunfo a Correa en Zamora Chinchipe.


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