viernes, 27 de diciembre de 2019

“Yo acuso”

Por Mauricio Gándara Gallegos

Al ver en La Prensa una niñita llorosa abrazada de su padre, el Coronel César Carrión, ex Director del Hospital de la Policía; al contemplar la desesperanza del Mayor Fidel Araujo y la angustia de su madre, en cuya casa vive, a pocos metros del Hospital, no he podido menos que recordar el célebre caso, cuando en Francia, en 1894, fue convocado al Ministerio de Defensa el Capitán Dreyfus, inmediatamente arrestado, acusado de espionaje a favor de Alemania.

Todos los poderes se echaron encima de él porque era judío. Se le llegó a ofrecer que si se declaraba culpable lo indultarían. El Capitán no aceptó el deshonor, fue recluido en la Isla del Diablo de la Guyana francesa. Su familia padeció con él. Pero se levantó en Francia una lucha reivindicatoria por la justicia.

La capitanearon personajes como Clemenceau, el artífice de la victoria aliada de la Primera Guerra Mundial, intelectuales como Anatole France y, sobre todo, Emilio Zola, quien arriesgó su propia libertad cuando en el Diario La Aurora publicó su inmortal Carta al Presidente de la República: "Yo acuso". Yo acuso –expresó, entre otras cosas- al Directorio de la Guerra de haber llevado adelante una campaña de Prensa abominable para desorientar a la opinión pública. Yo acuso al primer Consejo de Guerra de haber violado el derecho condenando a un acusado sobre una falsa evidencia. Yo acuso al segundo Consejo de Guerra de haber encubierto esa ilegalidad por orden superior. Expresó Zola que a las personas que él acusaba no las conocía siquiera, que para él no eran sino espíritus de la maldad social. Al cabo de 12 años de tragedia, el Capitán Dreyfus fue declarado inocente, se le restituyó su rango, se le honró con la Orden de la Legión Francesa. El odio y la mentira habían sacrificado la vida de un hombre y de su familia, porque los Jueces no se atrevieron a desobedecer al Poder.

Si el Coronel Carrión no le abrió la puerta del Hospital al Presidente de la República, por qué no se lo arrestó esa misma noche, cuando el Presidente se encontraba ya en Carondelet? ¿Si su delito era flagrante, por que se esperó dos semanas para arrestarlo? ¿Por qué se le levantó esta horrenda acusación luego de sus declaraciones a la CNN?

La acusación al Mayor Araujo es todavía más descabellada. En el proceso está el video en el que se ve al Mayor Araujo ingresando a hacer un depósito en una Cooperativa situada en la Avenida Colón a las nueve y treinta seis de la mañana, salir de ella a las diez; está el recibo del depósito. Todo esto cuando ya había concluido el inesperado enfrentamiento del Presidente con los policías del Regimiento Quito. Al volver, movido por la curiosidad de muchos, Araujo camina la centena de pasos que separan su casa del Hospital.

¡El Presidente debería invitar al Mayor Araujo a colocarse un chaleco antibalas y disimularlo bajo una camiseta! El Sistema Judicial, si acusa a inocentes y sin sus jueces naturales, se descalifica. Las airadas acusaciones formuladas por el Presidente le quitan imparcialidad para reorganizar la Función Judicial. Si la actual está sometida, cuánto más una escogida por el Presidente. ¡Todo por sostener que el 30-S hubo intento de golpe de Estado!

Nuestro invitado:
El doctor Mauricio Gándara fue Ministro de Gobierno en el 2005, y Embajador ante Inglaterra de 1984-1986. Entre otros cargos ha ejercido como Presidente de la Asociación Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Quito, en 1963; Diputado por Pichincha en 1968; y Presidente de la Comisión Permanente de Educación de la Comisión Legislativa en 1969. También como Vicepresidente y Presidente del Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados (1969); y Secretario General de la Administración del doctor Velasco Ibarra; 1969-1970. Es autor del libro La internacionalización de la Administración del Canal de Panamá.



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