viernes, 10 de agosto de 2012

EVIDENCIAS / Terán, Manuel

El lunes anterior en la edición de la Revista Líderes, que circula con este diario, aparece una interesante entrevista al Superintendente de Compañías en la que realiza algunas afirmaciones que, por la importancia del Funcionario, adquieren relevancia, nos comenta que los ingresos de las compañías activas alcanzaban en el año 2000 a USD17 500 millones y que el 2008 ascendieron a USD 66 000 millones, creciendo 3,5 veces. Que los activos de las empresas en el mismo período se incrementaron 2,5 veces y las utilidades saltaron de 185 a 4 300 millones. En sus palabras "un crecimiento sorprendente del 2 200 por ciento en la década". Ante la pregunta de a qué atribuye ese crecimiento responde: "a la dolarización, a una mayor demanda de bienes y servicios (.) Entre otros factores". Con sus respuestas el funcionario confirma lo que han repetido hasta la saciedad innumerables personas: la dolarización, más allá de las críticas, ha influido notablemente en la economía de la primera década del siglo XXI y ha permitido que el país en general experimente un crecimiento antes desconocido. Con las cifras planteadas la tarea primordial del Gobierno debería ser afianzar la dolarización por todos los medios, simplemente porque en un período tan corto ningún otro esquema ha arrojado los resultados que nos indica el Superintendente de Compañías. Al menos en el pasado inmediato, el país no conoció un sistema que le haya permitido avanzar tan rápidamente. Si se atrajera más inversión y se dejase de hostigar a los emprendedores, el modelo sería eficaz para la generación de empleo. Lo que nos confirma en cifras el Superintendente lo intuye el ciudadano común y apoya el sistema monetario imperante. El Comercio, 31 mar. 2010, p. 10

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