domingo, 12 de agosto de 2012

AL FIN, MAZAR / El Comercio

Una de las dos turbinas de la presa Mazar empezó a generar energía eléctrica hace una semana, 40 años después de su planificación. El proyecto inicial que se adelantó para la zona austral del país comprendía un complejo sistema compuesto por la presa Daniel Palacios (Paute). Enseguida de esta gran obra, aguas arriba, se debía iniciar aquella conocida como Mazar, con un triple propósito. El primero, ser un embalse gigante que preserve agua para la época de estiaje, cuando el caudal de Amaluza de la presa Paute adolezca de un volumen suficiente para generar energía en su plenitud. La capacidad de almacenamiento de agua del embalse de Mazar es ocho veces mayor que la de Paute. El segundo propósito era servir como una protección frente a residuos que la erosión arrastra al agua y, el tercero, poseer su propia de generación. Es imperativo aprovechar el enorme potencial hidroeléctrico para abastecer la demanda creciente de energía y acabar con los millonarios subsidios en derivados de petróleo para generación térmica que perforan la economía. El Comercio, 8 jun. 2010, p. 10

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