sábado, 11 de agosto de 2012

POLITIQUERÍA EN INVERSIONES DEL IESS / Gines, Gregory

Los sistemas de seguro social en el mundo, bajo el régimen de aportación individual, constituyen una eficiente forma de ahorro nacional, que administrados e invertidos técnicamente deben generar bienestar a sus afiliados. No obstante, que por más de 60 años (desde la Constitución de 1945) se consagra la autonomía del IESS y que sus dineros son distintos y diferentes del fisco, la amarga historia de esta institución y sus recursos está plagada de intervencionismos descarados, politiqueros o de intereses de grupos de poder económico que han sido la causa principal de sus pronunciadas crisis históricas. La más reciente, la proclamada, con el descaro más increíble, por parte de la ex Ministra de Economía, que actuando contra norma imperativa de la Constitución (artículos 294 y 371), no asignó los recursos para el IESS en el Presupuesto General del Estado desde el año 2008, porque consideró que este tiene suficiente liquidez y que no era eficiente entregarle más recursos. Queda extremadamente claro que los intereses económicos-financieros del Gobierno (Estado) no son los mismos que los del IESS y sus afiliados. Una cosa son los intereses sociales comunes entre el Estado y el IESS, por su finalidad. Pero otros, nunca compatibles, los económicos-financieros; de ahí, que una ilegal arrogación de funciones administrativas sobre los recursos del IESS, por parte de la ex Ministra, no los hacen más eficientes sino todo lo contrario. Por ello el legislador, sabiamente, desde esa época, ha diferenciado los recursos del IESS de los del Estado, para precautelar su administración e inversión técnica, no politiquera, no amarrada, no colusoria, no atentatoria al bienestar de afiliados, jubilados y viudas. Desde fines del 2008 el IESS viene perdiendo decenas de millones de dólares por sus inversiones en papeles del Estado; en el campo Pañacocha; y, por el intervencionismo del Estado a través del Banco Central y del Ministerio de Economía. Pero también, por la ineficiencia, el compromiso politiquero, la ignorancia o el acomodo de los miembros de su máximo organismo de gobierno, el Consejo Directivo. El Universo, 23 abr. 2010, p. 6

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