viernes, 31 de agosto de 2012

CRECIMIENTO ECONOMICO / Cordero Díaz, Carlos

Uno de los supuestos utilizados para la elaboración del Presupuesto Fiscal es la meta que se establece para el crecimiento económico. Las estimaciones gubernamentales para el año 2010 decían que se había superado los efectos de la crisis financiera internacional y que el Ecuador crecería a una tasa del 6,8 por ciento, y que, seguramente, sería superior al promedio de América Latina. Una buena parte de los elevados ingresos que esperaba tener el gobierno, estaban sustentados en este pronóstico. El Banco Central acaba de difundir los resultados económicos del primer trimestre del año, estos están muy lejos de las previsiones oficiales; las repercusiones van más allá del ámbito presupuestario, afectan e nivel de empleo y el bienestar nacional. Según los resultados oficiales, durante los primeros tres meses del año la economía creció apenas un 0,33 por ciento. Igualmente pobre es el resultado de los 12 meses comprendidos entre marzo del 2009 y del 2010: 0,6 por ciento. No se alcanza ni siquiera el 1 por ciento. De seguir esta tendencia, a fines de año no superaríamos el 3 por ciento. Ha existido una aparente recuperación en el Sector Eléctrico (16,56 por ciento), pero esto es consecuencia estadística de la superación de la crisis energética de finales del año pasado. Sin embargo, sí es preocupante el retroceso que se observa en el Sector minero y petrolero, otrora el más dinámico. La producción en este sector, durante el primer trimestre no creció, disminuyó un 2,15 por ciento. Igual ocurrió con las actividades vinculadas a la administración pública que han retrocedido casi en un 3 por ciento. Cuando ya ha transcurrido la mitad del año, el presupuesto de inversión pública se ha ejecutado en un 34 por ciento, lo que muestra la falta de recursos que tiene el estado. Parece ser que el modelo del gobierno se está agotando rápidamente. Cada vez es más difícil conseguir el financiamiento que sostenga la Inversión Pública. Se está demostrando que es imprescindible apoyar y sostener la inversión privada, sea nacional o extranjera; nadie duda que ella sea el auténtico motor de la economía y el mejor remedio para combatir el desempleo. Tomado de la página web El Tiempo, 12 jul. 2010,

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