domingo, 12 de agosto de 2012

UNA CORRECCIÓN A TIEMPO / Hoy

Pese a que el presidente Rafael Correa desconoció al Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) cuando este decidió colocar en febrero pasado al Ecuador en la lista de naciones no cooperantes en la lucha contra el lavado de activos y contra el terrorismo (lista negra), hubo afortunadamente un giro en su política. De hecho, ese giro sirvió para que, el 26 de junio anterior, el mismo GAFI colocara al Ecuador en otro listado que, a decir del procurador general, Diego García, significa que está en un "proceso ordenado de revisión y evaluación". Ayer, BLANCO Y NEGRO contó la parte medular del plan de acción al que se comprometió el Gobierno: la reforma a la Ley de Lavado de Activos, que también servirá para combatir al terrorismo. También explicó que las relaciones con el Banco de Exportaciones del Irán (EDBI) no fueron motivo de las conversaciones que Diego García tuvo en Holanda con los representantes del GAFI. De hecho, el funcionario y máximo responsable en el Ecuador de la lucha contra el lavado de activos dijo que no había ninguna observación concreta sobre ese tema. No obstante, el suplemento recordó que -pese a las declaraciones oficiales- las relaciones con el EDBI iban a ser más allá de la promoción de las exportaciones. Hay documentos que muestran que estaba en camino la puesta en marcha de relaciones financieras. Estas, a decir del presidente del directorio del Banco Central (BCE), Diego Borja, en declaraciones de mayo pasado, no se darán, porque el BCE "no va a actuar ni como sucursal ni representante de los bancos de Irán". Y, es más, ha dicho que él no responderá por las gestiones anteriores (es decir, las de Carlos Vallejo). Lo que no ha explicado Borja es por qué, como ministro coordinador de la Política Económica, remitió un informe a la Cancillería -en ese entonces, dirigida por Fander Falconí-, al cual adjuntaba otro informe de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), en el que no se veían problemas de ningún tipo en establecer relaciones con ese banco. Dicho pronunciamiento de Borja se da luego de que un delegado del Departamento del Tesoro de los EEUU visitó la Embajada del Ecuador en Washington para recordarlo. Si bien se están haciendo las correcciones que la comunidad financiera internacional solicita, no se puede desconocer que, para llegar a ese punto, hubo responsabilidades de funcionarios que ahora no dicen una sola palabra al respecto. Y es, quizás, en esa medida en la que se podría explicar por qué la crítica del GAFI fue alrededor de la falta de compromiso al nivel político más alto. Hoy, 6 jul. 2010, p. 5

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