"EL QUITO QUE QUEREMOS" / Mena, Elsa de

Mantener una visión económica sobre el desarrollo de las ciudades es fundamental por su condición y naturaleza especial de centros creadores de riqueza, y su contribución a la composición del Producto Interno Bruto del país. Las obras municipales, entonces, deben orientarse a promover y sostener el crecimiento y la energía que despliegan los ciudadanos para conservar sus negocios, para ofrecer bienes y servicios que permitan mejorar el nivel de vida, para incorporar nuevas tecnologías, y conectarse con un mundo globalizado que acepte por igual lo internacional, lo regional, y lo local. "El Quito que queremos" quedó plasmado en el Plan Equinoccio XXI y Bicentenario del Distrito Metropolitano que conceptualiza al desarrollo local, como un modelo que integra de manera coherente los subsistemas económico, político administrativo, social, y cultural; y fue producto de una amplia participación ciudadana, a través de 600 organizaciones barriales y gremiales. Es necesario continuar la aplicación del plan de infraestructura y acceso vial que impulsó la administración anterior. El nuevo aeropuerto de Quito es fundamental para alcanzar un nivel adecuado en las comunicaciones, activar el comercio y estructurar un HUB logístico apropiado a las características de la región. Podrá dársele los nombres de zona especial, innovación y logística, o zona franca, parque tecnológico y centro logístico, como se lo llamaba anteriormente; pero, lo fundamental es continuar con el proyecto, apoyar su emprendimiento, al margen de personalismos que obstaculizan los procesos y las decisiones, y son causa determinante de la paralización de iniciativas importantes; por sobre ellos, deben primar los objetivos colectivos de crecimiento y generación de empleo, que en conjunto, dan como resultado la erradicación de la pobreza. Los puertos y aeropuertos son esenciales para las ciudades, no solo desde el plano de la infraestructura de servicios, sino porque en el mundo moderno se potencian como proyectos tecnológicos que ofrecen agilidad y seguridad al comercio de mercancías, y al transporte de personas y equipajes, conectan al mundo del turismo y los negocios y, abren las oportunidades a trabajos de mejor nivel y remuneración. El diseño de las vías de acceso podría ser afinado, pero la conclusión a la que se llegará, no cabe duda, es a la necesidad de ejecutarlas en el menor tiempo posible. Sería grave constatar la pérdida de productividad que el embotellamiento vial provoca a la ciudad, y las oportunidades desaprovechadas, que se ocultan tras el estancamiento del PIB nacional, que apenas ha crecido al 0,4 por ciento. Hoy, 10 mayo 2010, p. 4