sábado, 2 de marzo de 2013

2012 / Samaniego, José

El año 2012 no debería ser muy diferente del año que termina para el Ecuador. Un entorno internacional en el que la crisis europea seguirá generando mucho ruido y diseminando sus efectos en el resto del mundo. No es poca cosa, pues las economías vinculadas a la Eurozona representan más o menos un tercio de la economía mundial y, por lo tanto, lo que pase ahí, así como en los Estados Unidos y el conjunto de países emergentes, debe preocuparnos. Pero lo que sucede en Europa, si bien ha tenido un impacto relativo en el Ecuador, no ha sido determinante en su evolución de corto plazo. Es que el precio del petróleo, de manera particular, así como el de otros bienes primarios, productos agrícolas y minerales básicos que el Ecuador exporta, ha tenido un comportamiento bastante favorable por la demanda de los países asiáticos. Es que el petróleo es hoy, más que nunca, la principal fuente de ingresos para la balanza comercial y para el fisco. Por lo tanto, si se espera que el precio se mantenga alto en 2012 (como casi todos los analistas sostienen), la economía ecuatoriana estará relativamente blindada de los embates del entorno internacional. En lo interno, el Gobierno profundizará los lineamientos de lo que hasta ahora ha sido su política económica: elevado gasto fiscal financiado con ventas de petróleo, más impuestos y endeudamiento externo. En fin, de no suceder algún evento extraordinario, la economía de 2012 parece bastante predecible, sin grandes sobresaltos y muy probablemente será relegada de la agenda gubernamental porque los ideólogos de la revolución ciudadana empezarán a pensar en las elecciones que se avecinan en 2013. Nada hace pensar por tanto, que 2012, año del dragón en el horóscopo chino y convulsionado para el calendario maya, será negativo para la economía ecuatoriana. Hoy, 21 dic. 2011, p. 4

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