domingo, 24 de marzo de 2013

APRENDAMOS DE ARGENTINA / Cueva, Simón

Uno puede aprender de aciertos, pero también de errores ajenos. Y Argentina (un país por lo demás admirable en muchos aspectos) puede ser un ejemplo a no imitar en política económica de largo plazo. Es uno de los países que, comparativamente con su nivel de desarrollo de hace 60 años, más se ha rezagado frente a otras economías, reflejando una historia muy en zigzag, con épocas de boom seguidas por traumáticas crisis económicas. Luego de una crisis mayúscula en 2001, ha vivido una década más prospera. Con un entorno internacional muy favorable (altos precios de la soya, productos agrícolas y petróleo), ha venido creciendo rápido, pero con una política excesivamente pro cíclica. En otras palabras, ha tratado de cabalgar cada vez más rápido cuando ya está galopando, con el riesgo de que se desboque el caballo en vez de conservar energías para cuando los tiempos sean menos buenos. Y cielos menos clementes parecen acercarse, con una revisión a la baja de las proyecciones de crecimiento para Estados Unidos, China, Europa y Brasil, sus principales clientes. Ello impactará a Argentina a través de una menor expansión de su producción interna e inversión, pero con pocos colchones internos para amortiguarlo, a diferencia de Brasil, Uruguay o Chile. Así que Argentina podría acabar sufriendo más que sus vecinos frente a una coyuntura internacional menos bonita, como consecuencia de no haber pensado demasiado en ahorrar o construir colchones para los buenos tiempos. Ojalá al Ecuador no le pase lo mismo. Hoy, 29 junio 2012, p. 4

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