domingo, 24 de marzo de 2013

EL COMERCIO EXTERIOR, EN EL LIMBO / Hoy

Las restricciones fijadas por el Gobierno a las importaciones de una gama muy amplia de productos que van desde carros hasta teléfonos celulares abrió un debate que deja, hasta hoy, un resultado bastante unánime: la urgente necesidad de fijar una política clara de comercio exterior. Como han señalado múltiples analistas, la caída del precio del petróleo deja expuesta la economía ecuatoriana a un fortísimo desequilibrio en la balanza comercial no petrolera, imposible de ser cubierto si caen las ventas externas de crudo por una disminución del precio. El Gobierno de la revolución ciudadana ha definido en negativo lo que no quiere hacer en materia de comercio exterior. Sabemos que no está dispuesta a firmar acuerdos de libre comercio, pero no ofrece nada a cambio. La crítica a los acuerdos tiene un trasfondo ideológico: el Gobierno no es partidario de una economía de mercados abiertos porque considera una vía para generar mayores inequidades a través del comercio exterior. Pero si bien sabe lo que no quiere, no tiene claro, de otro lado, cuál puede ser una alternativa viable a los acuerdos de libre comercio. De ese modo, se convierte en una suerte de perro de hortelano: ni come ni deja comer, bloquea un instrumento de política comercial en un mundo tan globalizado pero no propone nada a cambio. Hoy, 25 junio 2012, p. 5

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