miércoles, 27 de marzo de 2013

COFIEC / Rosales, Francisco

La Corporación Financiera Ecuatoriana, COFIEC, fue creación de un gran ecuatoriano, José Antonio Correa Escobar. Tiempo después que José Antonio Correa se retirara de COFIEC, se produjo la crisis bancaria de 1999, se transformó en banco, fue adquirido por el dueño del Progreso y terminó finalmente en manos del Estado a través de la AGD. En estas circunstancias, estalla el escándalo Duzac. Más allá de fotografías en Carondelet y viajes en delegaciones oficiales, llama la atención que un banco cuya cartera total, según su propia información, es de $20 millones, repartida entre 79 clientes (un promedio de $253 mil por cada uno) conceda a una persona extranjera no domiciliada en Ecuador un préstamo de $800 mil con garantías de bienes pertenecientes a empresas de la propia AGD. Es decir, el Estado ecuatoriano se garantizaba a sí mismo. El asunto, evidentemente rebasa de largo el préstamo Duzac. Dice relación con el manejo de un grupo de empresas en manos del Estado, entre las que se encuentra el banco COFIEC, como una suerte de feudo privado en el que disponen a su antojo los funcionarios de turno, olvidando que se trata de patrimonio público que pertenece a la nación y que por tanto existe obligación ineludible de transparencia y rendición de cuentas. Hoy, 15 oct. 2012, p. 4

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