domingo, 3 de marzo de 2013

EL BCE Y SU ENCRUCIJADA / Jácome, Luis

La crisis europea ha entrado en una fase crítica. Las dificultades de los países de la periferia se han expandido hasta alcanzar a Italia, la tercera economía de la Unión Europea (UE). Varios países vienen teniendo dificultades para pagar sus obligaciones, por tanto, lo hacen a través de nueva deuda, pagando un costo -tipo de interés- elevado. El año 2012 luce particularmente complicado; solamente Italia debe cancelar 500 000 millones de euros entre capital e intereses. A esto se suman otros casi 300 000 millones de vencimientos de los bancos solo en el primer trimestre, cuya renovación se haría también a un costo anormalmente alto. Frente a esto, el Banco Central Europeo (BCE) se desenvuelve en medio de fuego cruzado. Por una parte, muchos académicos y algunos Gobiernos consideran que el BCE debe tener un rol más activo en la solución de la crisis. Argumentan que debe ejercer funciones de prestamista de última instancia, no solo de los bancos, rol inherente a un banco central, sino también de los Gobiernos. Bajo esta lógica, el BCE debe comprar sin límites papeles soberanos (de los países) con el fin de estabilizar su precio, evitando que siga cayendo y -por tanto- que siga aumentando el interés que tienen que pagar esos estados al emitir nueva deuda -cuya subida también afecta al "fondeo" de los bancos. Al otro lado, encabezados por el Gobierno alemán, están quienes piensan que el BCE debe mantenerse apegado a la letra del estatuto de su creación, que le prohíbe explícitamente otorgar crédito a los Gobiernos. Hoy, 20 ene. 2012, p. 4

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