domingo, 3 de marzo de 2013
¿COMERCIO CON IRAN? / Samaniego, José
Es bueno recordar las recomendaciones simples pero sabias de ese brillante economista y gran presidente chileno Ricardo Lagos: en el tema de las relaciones comerciales, los países y los gobiernos tienen que ser muy prácticos, dejar de lado la ideología y establecer relaciones, acuerdos o tratados comerciales siempre y cuando le reporten un beneficio para su economía y para la sociedad. Una afirmación que nace del sentido común de la política pública, surge de adoptar decisiones racionales y no sentimentales. Y es útil rememorar estas afirmaciones porque el Gobierno ecuatoriano, por lo que se ha visto en estos cinco años de gestión, ha hecho exactamente lo contrario de lo que ese buen juicio sugiere. ¿Y qué ha hecho? Establecer un acuerdo con los denominados países de la Alba que ningún beneficio real le ha aportado ni le aportará al Ecuador; propiciar la creación de un banco regional de los países del Hemisferio Sur, que no opera aún; promover la creación de una moneda de compensación del comercio regional (Sucre) que tiene una mínima aplicación en el comercio exterior ecuatoriano; ingresar como país asociado al MERCOSUR, que luce más consistente con los intereses nacionales aunque menos prioritario; desaprovechar la posibilidad de renovar a más largo plazo y de manera definitiva el esquema de preferencias arancelarias del Gobierno norteamericano conocido como ATPDEA, entre otras. La pregunta es: ¿qué beneficio le puede reportar al Ecuador un acuerdo con un país como Irán, con un país que ni siquiera aparece en las estadísticas de comercio exterior del Banco Central? Por favor, usemos la razón y no el corazón para manejar la economía. Hoy, 11 ene. 2012, p. 4
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