domingo, 13 de septiembre de 2015

La crisis griega

Sebastián Mantilla /La situación de Grecia es extremadamente delicada. Tras el anuncio del gobierno griego de no pagar los 1 600 millones de euros de deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), así como la decisión del primer ministro Alexis Tsipras de retirarse de la mesa de negociaciones la semana pasada y anunciar, como alternativa, la realización de un referéndum sobre este tema para el próximo 5 de julio, el país europeo se ha puesto al borde del abismo. Grecia, en lo que resta de este año, tiene que desembolsar por concepto de créditos cerca de 12,33 mil millones. Ante esta situación adversa con el Eurogrupo y de incumplimiento con el FMI, la situación de este país se pone por demás explosiva. No habrá cómo cubrir estas obligaciones. Incluso el Banco Central Europeo no podrá seguir manteniendo a flote a los bancos griegos. Lo único que posiblemente le salve a Grecia sea votar mayoritariamente en favor del "sí" en el referéndum del próximo domingo, aunque esto necesariamente podría llevar a la dimisión de Tsipras y a la formación de un nuevo gobierno de unidad. En un territorio cansado de guerras y genocidios, Tsipras no ha comprendido los principios básicos que mueven a la Unión Europea. Uno de esos es el consenso, obtenido a través de pequeños pasos y solidaridades prácticas pero, sobre todo, responsables. El Comercio, Año 110 N° 40867 1 jul. 2015, p. 10

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