domingo, 13 de septiembre de 2015

Diálogo sobre herencias y plusvalía

Roberto Salas/ El pretendido cambio al impuesto a la herencia y al de la plusvalía ha desatado reacciones efervescentes. Según el Gobierno, la intención es mejorar la redistribución de riqueza. Pero la idea se percibió como un atentado en contra de la propiedad privada en un momento en que intermitentes decisiones oficiales, y actitudes políticas rígidas, han ido acumulando malestar en ciertos sectores, conteniendo un ánimo irritado que terminó por explotar. Es verdad que familias pudientes pueden concentrar enormes cantidades de riqueza lo que impulsa desigualdad. El diálogo será imposible en un ambiente de alta presión, inflexibilidad, o violencia. Los líderes de todos lados tienen esta responsabilidad. Convocar diferentes sectores. Además del sector político y empresarial deben incluirse las universidades, organizaciones sociales, la prensa, los sindicatos y otras instancias relevantes. Asignar interlocutores efectivos. En tiempos de sacrificios, quien los pide debe empezar primero. En conclusión, si el fin es reducir la desigualdad, hay que atacar lo medular: educación y salud de calidad, empleo, eliminar la corrupción, transporte público eficiente, mayor apoyo a las pymes. En términos de impuestos adicionales, el momento es muy malo, pero en términos de objetivos de interés compartido, siempre es oportuno. EN: El Comercio, Año 110 N° 40859 23 jun. 2015, p. 10

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