domingo, 13 de septiembre de 2015

Golpe al sistema productivo

María Herrera Heredia/ Aprendí en la formación de economista que la riqueza de un país está dada por la cantidad de bienes y servicios que produce y quién lo hace es el sector productivo; es decir, las empresas. Las hay grandes, medianas y pequeñas y su producción conforma lo que conocemos como Producto Interno Bruto (PIB). Este indicador es el determinante en el crecimiento de un país y, por ende, en su nivel de desarrollo. Efectivamente si el país crece a una tasa sostenida de más de 6% puede considerarse desarrollado, mientras que si lo hace a menos del 2% puede estar al borde del subdesarrollo. Para que exista la producción de bienes y servicios requeridos y la población pueda acceder al progreso, es importante que existan las condiciones necesarias. Equivaldría a decir mediante una simple analogía: una casa en orden, donde existan las condiciones, medios, recursos para materializar tales productos. Lamentablemente, en nuestro caso, quienes hacen política y definen el marco que posibilita la producción no han entendido muy bien el rol del sector productivo en la economía y deslumbrados por la exportación de recursos naturales en su orden, y sus precios, como en el caso del petróleo, han restado importancia a la valía de las empresas y su desempeño. El Comercio, Año 110 N° 40870 4 jul. 2015, p. 4

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