domingo, 13 de septiembre de 2015

Desdolarización imposible

Walter Spurrier/ Recrudecen los rumores de desdolarización, alentados por la persistencia de las autoridades de preferir medidas administrativas para restringir el acceso del público a sus fondos, más recientemente requiriendo a la banca que le comunique quién retira fondos, e intentando forzar a las instituciones financieras a recibir dinero electrónico, en lugar de buscar apaciguar los ánimos de los depositantes. Tanta proactividad transmite un mensaje de alarma que no se justifica. La banca tiene suficientes reservas, una cartera sana. El ajuste al menor gasto público y por ende desaceleración del crecimiento del medio circulante lo pueden manejar los bancos adecuando el crecimiento de los créditos. Una desaceleración es inevitable, ante las nuevas realidades. Este frenesí de controlar es el caldo de cultivo para que recrudezcan rumores de desdolarización. En síntesis, no hay posibilidad alguna para que hoy haya una desdolarización ordenada. El peligro, y la razón por la que la banca no quiere cooperar con el sistema, es que en la nueva ley monetaria que la Asamblea aprobó sin entender, las autoridades insistieron en dejar abierta la puerta para que el Banco Central entregue al Ministerio de Finanzas dinero electrónico a cambio de papeles del Estado de corto plazo. Ese mecanismo es imprudente, y su abuso podría llevar al descalabro, que no es lo mismo que una desdolarización ordenada. Lo que hay es un clima de intranquilidad por una manía regulatoria. Lo que cabe es reformar la ley monetaria cerrando esta posibilidad de abusar del dinero electrónico y reintroducir la publicación de balances del Central de manera transparente; reversar la inversión de las reservas monetarias en papeles del Estado, y otorgarle a la banca acceso a sus reservas de liquidez en el Central permitiéndole ser prudente. En general, restaurar un clima de confianza. El Universo, Año 94, No. 286 28 jun. 2015, p. 6

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