domingo, 13 de septiembre de 2015

Archivo definitivo

Mauricio Pozo/El anuncio del Presidente de la República del retiro temporal de la Ley de Herencias tiene dos salidas: o regresa a la Asamblea Nacional o nunca regresa. Sin embargo, haberle dado esa figura mantiene un clima de tensión e incertidumbre que no colabora con la coyuntura económica. Seguirán sin definirse una gran cantidad de proyectos de inversión, pues cualquiera en su sano juicio no se atreverá a tomar decisiones sin conocer el futuro de esta ley así como otras normas como la de plusvalía. La palabra "temporal" provocará que se pierdan millones de dólares por la menor producción, miles de puestos de trabajo que no se concretarán, el consecuente menor financiamiento por parte del sector financiero, la lógica reducción de la liquidez que expresa ese menor nivel de actividad, más contracción de la ya marginal inversión extranjera, entre otros costos. Lo lógico es que se entierre el proyecto de una vez por todas. Si la ley está solo en reposo, es decir, se va a insistir luego mostrando que ese retiro es solo para que el Santo Padre no se lleve una mala impresión o para bajar la tensión interna, se está tapando el sol con un dedo. EN: El Comercio, Año 110 N° 40854 18 jun. 2015, p. 4

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