sábado, 16 de febrero de 2013

MUERTE ANUNCIADA / Samaniego, José

Se anticipó en su momento. Las reformas que se introdujeron al mercado de valores en la Ley de Control del Poder del Mercado, las dispuestas en la Resolución de la Junta Bancaria n.° 1973 y las que estarían por aprobarse con la nueva Ley de Mercado de Valores, en lugar de promover, fomentar y hacer más eficiente ese mercado, van a lograr los efectos contrarios. Desconocer que la actividad de las casas de valores, de las administradoras de fondos y fideicomisos y de las compañías de seguros es financiera es tratar de tapar el sol con un dedo. En todo el mundo, o en casi todo, estas actividades se encuentran clasificadas como "sociedades financieras", como una convención internacional aceptada por Gobiernos y organismos internacionales que se utiliza para elaborar la contabilidad nacional. En lugar de promover una mayor desintermediación financiera, las reformas adoptadas y las que se espera que se aprueben van a consolidar a los bancos como los mayores intermediarios financieros de la economía. El país va a perder mecanismos que, con todos los defectos que pueden haber tenido, abrían espacios para que los ahorristas dispongan de alternativas de inversión adaptadas a las más variadas necesidades y, al sector productivo, instrumentos de financiamiento más baratos, a plazos más largos y con mayor transparencia. Se involuciona, en lugar de evolucionar hacia un mercado financiero más eficiente, moderno, ágil, transparente y democrático. Hoy, 30 nov. 2011, p. 4

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