sábado, 16 de febrero de 2013

GASTO PUBLICO, DISTORSIÓN DE CONDUCTAS PARA PROGRESAR

El nuevo estatus de la burocracia, de quienes reciben subsidios y beneficios del gasto estatal, así como de las empresas con ciertas rentabilidades, responde a un gasto público sobredimensionado que ha construido la ficción de un precario bienestar, divorciado de las reales capacidades productivas del país. La abundancia de dólares producto del petróleo y deudas y no del esfuerzo competitivo de la sociedad ha alineado las conductas de la mayoría de individuos y empresas en torno a maximizar los beneficios que se puedan obtener de un gasto público, constituido en el eje del quehacer nacional. En consecuencia, la dependencia del Estado, al que, por utilitarismo, se han cedido parte de las libertades económicas y sociales, ha anulado en gran medida los imperativos esfuerzos para desarrollar las iniciativas privadas para crear riqueza, único sustento de la prosperidad de los pueblos. Asumir como derecho un nivel de vida por el que no se ha trabajado tiene costos elevados cuando las realidades económicas hacen despertar a las sociedades. Dinero, Diario de Negocios, 5 dic. 2011, p. 2

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