DEVALUACION EN ECUADOR / Cadena, Eduardo

La producción del Ecuador ha crecido en 2,7 por ciento comparado al año pasado, una cifra bastante modesta si analizamos el crecimiento del resto de Latinoamérica sin incluir a Venezuela cuyo desempeño económico es desde hace varios años el peor de la región. A pesar de que los indicadores de expansión económica no son los que necesita Ecuador para superar la pobreza, sí podemos ver crecimientos excepcionales en ciertos sectores, como por ejemplo, el comercial que registra una variación positiva cercana al 10 por ciento y que adicionalmente ha generado una importante incorporación de trabajo, lo que en buena manera explica una disminución en el índice de desempleo. Así, la importante expansión del gasto del Estado que incorporó a la economía la mayoría de recursos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y los del nuevo endeudamiento extranjero, se ha visto escasamente traducida en nueva inversión productiva pero sí en un importante incremento de las importaciones de bienes de consumo principalmente vehículos y artículos de línea blanca y electrónicos. El resultado ha sido que hasta septiembre de este año han salido del país, producto del comercio, US$ 900 millones más de los que han entrado, siendo ese el valor negativo de nuestra balanza comercial. Un resultado tan malo es sorprendente si consideramos que Ecuador ha tenido este año todas las condiciones externas a su favor, por ejemplo, el precio del petróleo extremadamente alto al igual que el precio de sus exportaciones no tradicionales, adicionalmente su moneda se ha devaluado significativamente frente a la de los países vecinos, 8 por ciento frente a Brasil, 13 por ciento frente a Colombia, 3,5 por ciento ante Perú y 3 por ciento frente a Chile. La explicación, nuevamente, es que la política del Gobierno no genera condiciones adecuadas para la inversión, tal vez en palabras más simples, no genera confianza y así por más que todos los astros estén a nuestro favor, no podemos desarrollarnos. Dinero, Diario de Negocios, 27 oct. 2010, p. 2