martes, 1 de enero de 2013

RPD: CUENTO DEL GALLO PELON / Rosales, Enrique

La Refinería del Pacífico (RDP), producto del capricho del Presidente, que ordenó construirla en algún lugar de Manabí porque supuestamente le generaría réditos políticos, se convirtió en una "gallina clueca" que no supo en qué lugar pondría su nido. Primero nos hablaron de Jaramijó, El Aromo, Pacoche, y finalmente Río Manta. Pero, sigamos con el cuento. Una vez definido el lugar, RDP contrató a dedo los estudios de ingeniería básica con la privada coreana SK. Según su presupuesto, el costo oscilaba alrededor de 140 millones de dólares, pero en marzo pasado se firmó en 260 millones de dólares. Nadie explicó el sobreprecio. Dichos estudios estarían concluidos en septiembre de 2011. Esa fue la última noticia que tuvimos. De acuerdo a Fases del Programa (cronograma) de la RDP, el Costo de Financiamiento de la obra, es decir, el 70 por ciento de los 12.560 millones, pues el 30 por ciento aportarían PETROECUADOR y PDVSA, habría arrancado en enero de 2009 y concluía en junio de 2010. La realidad es distinta. Hasta la presente fecha no se ha conseguido un centavo por este concepto. A pesar de que hace pocas semanas, el Presidente y una numerosa comitiva emprendieron un tour a Corea. Visitaron la planta de SK y se quedaron maravillados, según la prensa. Pero nunca hablaron de financiamiento. Los coreanos tienen los ojos rasgados pero no son ciegos. Saben que un proyecto mal concebido es un fracaso seguro. Correa vino con los bolsillos vacíos. En marzo pasado se habló de que SK tendría 4.000 millones de dólares disponibles. Puro cuento. El proyecto de la nueva refinería siempre estuvo atado a la explotación del ITT. Si ese crudo se va a quedar bajo tierra, no tiene sentido continuar con ese proyecto porque haríamos el papel de tontos útiles ya que PDVSA nos vendería los 300.000 bpd y se beneficiaría unilateralmente. Se cumpliría el refrán que dice: "Nadie sabe para quién trabaja". Entonces, "los huevos de oro" que empollarían la RDP o la supuesta utilidad que obtendríamos con la instalación de la nueva refinería no lo disfrutaremos los ecuatorianos, sino los llaneros de PDVSA. Se sacarían la lotería solo por ser socios de una aparente sociedad mixta. Así de fácil. Para finalizar el cuento, los intermediarios son los más felices de esta situación. Siguen enriqueciéndose mientras el país se desangra con crecientes importaciones de derivados que ponen en peligro la dolarización. ¿O acaso este es el verdadero objetivo de la Revolución Ciudadana?. El Universo, 25 oct. 2010, p. 6

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