martes, 1 de enero de 2013

INCENTIVOS A LA PRODUCCION / Cordero Díaz, Carlos

Cuando se revisa la trayectoria que ha tenido la actividad productiva en la provincia del Azuay, y particularmente en Cuenca, hay aspectos que deben ser destacados. En primer lugar, y quizás en orden de importancia, se deben mencionar la voluntad y la tenacidad de empresarios locales que, sorteando todo tipo de dificultad, se han empeñado en hacer inversiones en nuestra ciudad y provincia. Los diversos incentivos otorgados por la Ley de Fomento Industrial, vigente desde los años 60 del siglo pasado hasta hace algunos años, favorecieron la instalación de empresas que se han convertido en íconos de la industria cuencana. Si prestamos atención a las condiciones naturales que existen en nuestra región, son pocas las "ventajas comparativas" que poseemos respecto de otras provincias del Ecuador, lo que hace que los obstáculos que deben superar los empresarios azuayos sean considerables. Por todos son conocidas las limitaciones que aún tenemos en infraestructura vial y las distancias para acceder a puertos y aeropuertos internacionales; todo esto influye negativamente en los costos de la producción local y dificultan el acceso a los mercados de destino. De acuerdo con las cifras del Banco Central del Ecuador, en el año 2007, el Azuay ocupa el cuarto lugar en la producción de bienes y servicios. Guayas y Pichincha son los principales centros de actividad industrial y Manabí ha superado en los últimos años a nuestra provincia. Cuando se conoció el texto definitivo del "Código Orgánico de la Producción Comercio e Inversiones" en el que se excluía a Cuenca de las ciudades que otorgaban incentivos tributarios a las nuevas inversiones, las reacciones fueron inmediatas. El trato discriminatorio que se quiere dar a nuestra ciudad, no tiene ningún justificativo. Sin embargo, todo hace pensar que el oportuno reclamo presentado por los sectores productivos, el Municipio de Cuenca y las universidades, ha tenido su efecto. Debemos estar pendientes del trámite que seguirá el mencionado cuerpo legal para que se cumpla con los compromisos adquiridos. Así mismo, y como complemento a los incentivos tributarios que se otorguen, los actores públicos y privados deberán emprender con las tareas permanentes que permitan superar las desventajas naturales a las que se enfrenta la actividad productiva de nuestra región. Tomado de la página web El Tiempo, 25 oct. 2010,

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