sábado, 12 de enero de 2013

LEY ANTIMONOPOLIO / Rosales, Francisco

El Proyecto de Ley de Control del Poder del Mercado preparado por la poderosa Senplades "va porque va", según la más democrática expresión de los últimos años. Los tímidos retoques de forma introducidos por la Comisión de lo Económico de la Asamblea Nacional Legislativa (vaya nombre rimbombante para tan escaso poder) no corrigen los graves defectos del proyecto urgente. En la actual situación de raquítica inversión privada, pobre desempeño de la economía, amenazas de la crisis externa y permanente inestabilidad jurídica debido a las constantes reformas legales, no se explica el contenido agresivo del proyecto. Vale repetir que no se cuestiona la necesidad de una ley de promoción de la competencia que vigile la transparencia del mercado para beneficio de los consumidores, pero dictar un "código penal empresarial" solamente se explicaría por el dogmatismo de sus autores. Tal como está el proyecto, causará mayor contracción de la actividad empresarial y un aumentado recelo para invertir. Así, el hecho de que el máximo órgano previsto en la ley, la Junta de Regulación, con facultades para dictar normas generalmente obligatorias, se conformará con los miembros que decida el presidente de la República mediante decreto ejecutivo (art. 33), significa que será el Gobierno de turno el que modifique a su antojo las reglas en materia tan delicada. También, que el superintendente sea designado de una terna presentada por el jefe de Estado (art. 40) implica altos riesgos de utilización política, de la cual existe amplia experiencia. Hoy, 19 sep. 2011, p. 4

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