domingo, 7 de abril de 2013

EL BLUES DEL DINERO CALIENTE / Krugman, Paul

Cualquiera que sea el resultado de la crisis de Chipre -sabemos que va a ser desagradable; es solo que no sabemos exactamente cómo se va a manifestar-, algo parece seguro: por el momento, y es probable que en los años por venir, la isla nación tendrá que mantener controles bastante draconianos sobre los movimientos de capitales, dentro y fuera del país. De hecho, es posible que ya los hayan establecido para cuando usted lea esto. Y eso no es todo: dependiendo exactamente en cómo evolucionen, los controles al capital chipriota bien podrían contar con la aprobación del Fondo Monetario Internacional que ya los apoyó en Islandia. Ahora es difícil imaginarlo, pero, durante más de tres décadas después de la Segunda Guerra Mundial, casi nunca hubo crisis financieras del tipo con el que hemos llegado a familiarizarnos en últimas fechas. No obstante, desde 1980, la lista ha sido impresionante: México, Brasil, Argentina y Chile en 1982. Suecia y Finlandia en 1991. México otra vez en 1995. Tailandia, Malasia, Indonesia y Corea en 1998. Argentina de nuevo en el 2002. Y, claro, la más reciente serie de desastres: Islandia, Irlanda, Grecia, Portugal, España, Italia y Chipre. ¿Cuál es el tema común en estos incidentes? La sabiduría popular culpa al derroche fiscal, pero en toda esta lista esa historia solo encaja en un país, Grecia. Los banqueros fuera de control son una historia mejor; jugaron un papel en una diversidad de estas crisis, desde Chile hasta Suecia y Chipre. ¿Y, ahora qué? Podría decirse que el capitalismo mundial está en camino a convertirse, sustancialmente, en menos global. Y eso está bien. En este momento, aquellos tiempos malos, cuando no era tan fácil mover muchísimo dinero a través de las fronteras, se están viendo bastante bien. El Universo, 28 mar. 2013, p. 7

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