sábado, 14 de julio de 2012

EL FIN DE LA AGD / Jácome, Luis

Con el final de 2009, terminó también su existencia la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) y la ley que la creó. Es una decisión acertada del Gobierno, pues no tenía sentido mantener con vida a esta institución que venía generando ya poco o ningún beneficio, pero sí costos para la sociedad ecuatoriana. Como epitafio, se podría escribir: "Aquí yace la tristemente célebre AGD". Pero, ¿fue totalmente negativa la tarea cumplida por la AGD? La ley otorgó a la AGD tres responsabilidades principales para enfrentar la crisis bancaria de finales de los noventa. Primero, y lo más importante, servir de instrumento del Estado para garantizar los ahorros de los ecuatorianos. Segundo, realizar un cierre ordenado de los bancos insolventes y manejar aquellos que tenían viabilidad. Y, tercero, recuperar las acreencias de los bancos que se cerraban para devolver al Estado la plata empleada en pagar a los depositantes. La AGD cumplió satisfactoriamente sólo la primera de estas responsabilidades. Hoy, que la AGD ha desaparecido, dejemos de lamentarnos por lo ocurrido y busquemos sacar lecciones para evitar que nos ocurra una crisis similar en el futuro. Hoy, 7 ene. 2010, p. 4

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