domingo, 8 de julio de 2012

BANCA PUBLICA / Spurrier, Walter

En la econom�a pol�tica de Rafael Correa prima el rescate del papel del Estado, minimizado por el "neoliberalismo". Mensaje que suena a m�sica celestial en muchos o�dos y es parte integral de la amplia aceptaci�n de la que goza. Los propulsores de un papel secundario del Estado en la econom�a argumentan que las entidades econ�micas estatales se politizan, les falta motivaci�n para ser eficientes ya que el due�o del dinero -el pueblo- no tiene c�mo pedirles cuentas; en suma, pierden plata. La experiencia ecuatoriana abona a esa tesis. El desaf�o del Gobierno de Alianza Pa�s es construir un Estado eficiente, que invierta bien los fondos que les entregamos los contribuyentes, que conjugue la productividad y rendici�n de cuentas caracter�sticas de la empresa y el cumplimiento de objetivos sociales, como reducir la pobreza. Ahora hay un nuevo banco p�blico: el Banco del Afiliado. Su mandato es invertir nuestro dinero conjugando la prudencia con la rentabilidad, conceptos contrarios aunque no contradictorios. De ello depende la jubilaci�n de quienes hoy trabajan y aportan con m�s del 20 por ciento del costo directo que sufragan los patronos. �Permitir� el Presidente la institucionalizaci�n de este banco o lo conminar� a entregar sus fondos al Gobierno a tasas �nfimas, para subsidiar programas de inter�s pol�tico? �Se repetir� con los fondos del Banco del Afiliado lo que se hace con la reserva monetaria? �Tendremos un sector p�blico institucionalizado o personalizado? El Comercio, 22 dic. 2009, p. 10

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