domingo, 16 de septiembre de 2012

HISTORIA CLINICA DE UNA ECONOMIA DEPRIMENTE / Carrera, Jaime

A diciembre de 2006, el Ecuador era un paciente en plena recuperación. La inflación se situó en torno al 2 por ciento, la más baja desde los setenta, había superávit fiscal y ahorros por más de US$ 1300 millones. Entre 2000-2006, la economía creció al 5 por ciento, en promedio, la pobreza se redujo del 52 al 38 por ciento, el riesgo país era bajo y el sistema financiero sólido, el IESS acumuló importantes ahorros. Sin embargo, nóveles doctores creyeron que el paciente estaba grave, requería de cirugías en todas partes. Al neoliberal Banco Central se lo debilitó y usó sus reservas en créditos a los pobres. La tercerización se eliminó, subió el mínimo vital para redistribuir la pobreza. En tres años se gastó US$ 60 000 millones y consumió US$ 26 mil de exportaciones petroleras. La ilegítima deuda no se pagó por ser culpable de la pobreza. Para los postergados pobres se duplicó el bono y crearon otros subsidios. Hoy, el riesgo país es el segundo más alto de la región. La economía está estancada, las cuentas públicas se tiñen de rojo y no pueden financiarse. La inversión externa es negativa y la nacional se ha reducido. Hay 33 por ciento de pobres, casi el 60 por ciento de la PEA está subempleada y desempleada. La producción de petróleo sigue bajando. El país está aislado y es paria de los mercados. Los ahorros del IESS casi están agotados. Hay dólares pero no hay confianza para invertir. El paciente ha empeorado mientras los vecinos se convierten en atletas que superan las vallas hacia el progreso. Se ha construido una economía deprimente y triste. Volver a la alegría será doloroso. Dinero, Diario de Negocios, 16 ago. 2010, p. 2

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