domingo, 16 de septiembre de 2012

GASTO PUBLICO / Cordero Díaz, Carlos

La vieja discusión que se mantiene en torno a la importancia del gasto público en la actividad económica se ha reavivado en los últimos meses, particularmente en los Estados Unidos. En varios artículos de opinión, connotados economistas, algunos ganadores del Premio Nobel, consideran que el gobierno del presidente Obama no sólo debe mantener los niveles de los egresos estatales, sino que debe incrementarlos, ya que este es el mejor camino para salir de la crisis que se inició en el año 2008. Fueron las ideas del economista inglés John M. Keynes, dadas a conocer en los años 30 del siglo pasado. La idea original del economista inglés sostenía que, frente a la incapacidad del mercado de generar demanda, en una etapa de recesión, era el Estado el que debía hacerlo mediante un mayor gasto público. La intervención gubernamental debía, además, ser realizada con déficit fiscal, es decir con endeudamiento. Los planteamientos de Keynes, en ningún momento considera que el Estado debe sustituir al mercado; en consecuencia, no deberíamos esperar que la intervención estatal sea permanente. Además, existe un límite natural a la intervención de carácter keynesiano: la capacidad de endeudamiento de cada país. A pesar de que para algunos economistas no es válido comparar la economía nacional con la economía doméstica o familiar; debemos recordar lo que pasó a inicios de los años 80, cuando varios países latinoamericanos enfrentaron la llamada "crisis de la deuda". Todos ellos tuvieron que ejecutar dolorosos planes de ajuste, que necesariamente incluyen la reducción del gasto público corriente, con las consecuencias sociales y políticas que ya conocemos. Tomado de la página web El Tiempo, 2 ago. 2010,

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