domingo, 16 de septiembre de 2012

LA PLENA DEL PETRÓLEO / Pozo, Mauricio

El Gobierno acaba de aprobar, haciendo uso del llamado Ministerio de la Ley, la nueva normativa que rige al sector petrolero. Para ello, hizo uso de su ya extensa habilidad y creatividad para que la Asamblea se ajuste a las preferencias oficiales cuando se trata de aprobar leyes que los gobiernistas ven algún peligro de perder en las votaciones. Dicen y repiten los apegados a la revolución ciudadana que antes éramos esclavos y sumisos de las empresas transnacionales y ahora somos soberanos con esta nueva ley petrolera. Nada más alejado de la verdad, pues ahora la genuflexión cambia de patrón, Chávez y sus empresas estatales, las mismas que ahora podrán contratar sin licitación alguna. Sin embargo, más allá de discutir la ley que ya bastante se ha analizado, veamos el fondo del problema. En resumen, no tenemos la tecnología ni los recursos necesarios para mejorar la producción y exportación petrolera, ni siquiera para mantener, no se diga para incrementar. Esto ocurre por la ceguera oficial pues, digan lo que digan, ven a la inversión extranjera privada como perjudicial para el país, creyendo que solo lo gubernamental es beneficioso. Primero decían que mucho ganan las petroleras y que el porcentaje correcto es 1 por ciento para ellos y 99 por ciento para el Estado, tema que cambió luego drásticamente. Ahora dicen que la ley es soberana al fin y que el festín se acabó. ¿Otro golpe de efecto? Lo único cierto es que con tanto cambio al marco legal petrolero nunca va a venir nueva inversión, de la buena, y el país seguirá perdiendo recursos. Los sectores privado nacional y extranjero necesitan reglas claras, no regalos ni subsidios. Este estribillo, que ya suena a barato, de la famosa soberanía nos va a hundir. Como varias veces he repetido, vamos a estar todos abrazados de tanta soberanía pero bien pobres e inseguros y con sueldos en chavitos. Hoy, 2 ago. 2010, p. 4

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