domingo, 16 de septiembre de 2012

LAS ESQUIVAS INVERSIONES / Valle, Enrique

Es obvio que la tasa de crecimiento de nuestra economía en los últimos tres años ha estado muy por debajo de las expectativas y, además, es inferior al promedio de los años anteriores. El economista Diego Borja, presidente del Directorio del Banco Central, que el año pasado había establecido como meta de crecimiento para el año 2010 el 6,8 por ciento, ha tenido que reconocer, visto el desenvolvimiento actual del proceso económico ecuatoriano, que dicho objetivo no podrá ser alcanzado (el Fondo Monetario Internacional prevé solo un crecimiento del 2,5 por ciento). El motivo, según Borja, radica en que no se ha podido cumplir con la meta de inversión del sector público. Según Walter Spurrier, "la inversión pública es el motor que el Gobierno designa para que impulse el desarrollo económico, y este motor está fallando". ¿La razón? Los recursos propios no abastecen para mantener sostenidamente un alto nivel de inversión y no se han dado las facilidades para obtener financiamiento externo, al punto de que se ha terminado aceptando crédito de la China en condiciones que fueron anteriormente rechazadas. En circunstancias como esas, lo lógico sería establecer incentivos para atraer la inversión privada; lamentablemente, el Gobierno, desde sus inicios, dejó bien en claro que esa no era su prioridad y, hasta el momento, no hay indicios de que haya un drástico cambio en esa política. Es un hecho que la inversión pública no puede por sí sola proveer recursos para un crecimiento económico sostenido. Si no hacemos a un lado las rémoras de orden ideológico y nos abrimos a la inversión extranjera, estaremos condenados al estancamiento. En otras palabras: a seguir por las calles de la historia, deambulando de la mano con la pobreza. Hoy, 11 ago. 2010, p. 4

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