domingo, 16 de septiembre de 2012

AMNISTÍA PARA ALBERTO DAHIK

Alrededor de 4 horas y 30 minutos necesitó el presidente Rafael Correa para exponer lo que ha hecho en un año y para enunciar que "lo que nos falta por hacer, es mucho más de lo que hemos hecho". Después de un saludo protocolario a las autoridades, ministros, asambleístas e invitados, Correa inició su informe. Su discurso inició con una breve alusión al 10 de Agosto y luego puso gran énfasis en la política económica. "Atrás quedaron las políticas neoliberales, ahora tenemos una política digna y soberana de calidad, que prioriza al ser humano sobre el capital, recibí un país desecho, sin institucionalidad, pero el modelo de gestión que hemos implementado nos ha permitido una mejor planificación en todos los sectores", indicó. El jefe de Estado indicó que su política económica se ha basado en cuatro sectores fundamentales: financiero, externo, real y fiscal. A la vez dijo, que su Gobierno ha realizado la mayor inversión pública de la historia, "no por los altos precios del petróleo, sino por varios factores como la implementación de un sistema de compras públicas transparentes y la renegociación de la deuda externa, eliminando además absurdos fideicomisos para garantizar el pago de la misma. La inversión pública ha crecido y hoy se ubica en el 13 por ciento respecto al Producto Interno Bruto (PIB). A la vez destacó las inversiones realizadas por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) "El mayor ahorrador es el IESS y el peor negocio que puede hacer es entregar sus recursos al Banco Central para que este los mande al exterior. "En general se invertían miles de millones de dólares en el extranjero, con ganancias de 0,01 por ciento de interés. Ahora se invierte y hemos repatriado 885 millones de dólares a un rendimiento 10 veces mayor para financiar nuestro desarrollo y no el del primer mundo". Se ha satanizado la inversión de fondos públicos, ahora el IESS hace una sólida inversión y sin riesgos, su ahorro sirve para el desarrollo nacional". La mayor sorpresa, sin embargo, se dio al final, cuando el Jefe de Estado pidió la amnistía para el ex vicepresidente Alberto Dahik. La Hora, 11 ago. 2010, p. B. 2

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