miércoles, 2 de agosto de 2017
No al timbre fiscal
Roberto Aspiazu: El Gobierno sigue dándole la vuelta al timbre fiscal, lo mira desde distintos ángulos pero no se convence. El dilema es cuáles serían los efectos colaterales de una política pública de esta naturaleza. Los exportadores no están tan convencidos pero necesitan un auxilio que permita recuperar liquidez y competitividad. Por su lado, comercio, industria, construcción y prestadores de servicios se oponen al timbre por considerar que solo agravará la crisis. Y compartimos su visión: no genera confianza, no garantiza la entrada de divisas, no corrige el déficit fiscal; no genera mayores depósitos, etc. El problema del timbre tiene que ser visto no solo desde el parecer de los actores económicos nacionales, sino además de la comunidad internacional con la que se mantienen estrechas relaciones comerciales, venidas a menos por la imposición de cupos y salvaguardias. Informados de la iniciativa, anticipan sus reparos a lo que sería una restricción de importaciones aún más extrema. Bajo estas condiciones es mejor pensarlo bien, seguirse tomando el tiempo que sea necesario y considerar un plan alternativo con un enfoque más integral anticrisis. El Universo, Año 95 No. 1560 22 feb. 2016, p. 8
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario