martes, 15 de agosto de 2017

Dolarización: 17 años

César Augusto Sosa: Las ofertas de campaña de quienes aspiran a ser el quinto presidente del Ecuador en dolarización tienen algo en común: mantener el actual sistema monetario. Unos lo hacen por convicción y otros porque no pueden ofrecer una mejor alternativa a una población que se ha beneficiado, por 17 años, de una estabilidad en sus salarios, pues su poder adquisitivo se ha mantenido pese a la volatilidad política y económica. Un sistema de tipo de cambio fijo extremo, como es la dolarización, sigue siendo la mejor alternativa para el país, pese al escenario complicado en el sector externo, caracterizado por la apreciación del dólar y la caída de precios de las materias primas en el mercado internacional. Quienes cuestionan la dolarización se lamentan de no poder devaluar la moneda para mantener la competitividad de las exportaciones nacionales o para financiar el gasto público. Una devaluación implica ganar competitividad pagando menos salarios a los trabajadores, lo que reduce los costos laborales pero aumenta la inflación, que es el peor impuesto para las personas de menores ingresos. Todos los candidatos ofrecen defender la dolarización, pero difieren en las medidas para hacerlo. Aquellos que buscan un cambio proponen que el sector privado se encargue de generar los dólares que necesita la economía nacional, lo cual implica reducir el tamaño del Estado, liberar el comercio, atraer inversión extranjera y flexibilizar el mercado laboral y financiero. La dolarización es una camisa de fuerza y cualquier shock económico se ajusta por el lado de la producción. Para amortiguar ese shock se requiere reducir las rigideces en otros de sectores. El Comercio, año 112; No. 41612 09 ene. 2017 p. 11

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