jueves, 19 de noviembre de 2015

Subsidiando al Estado

Francisco Cuesta Safadi: Sin duda convencido de sus bondades, el presidente Correa apuntó siempre al estatismo, a ese Estado paternalista que todo lo resuelve y soluciona, en el que los ciudadanos poco o nada tienen que hacer, excepto agradecer por estar hundidos en el sistema, jurar fidelidad y obediencia a sus benefactores, reelegirlos indefinidamente y olvidarse de desentrañar a corto plazo las corrupciones implícitas al sistema. El subsidio fue elevado a su máxima expresión con el proyecto de gratuidad universal de la salud. Sus beneficios debían abrazar a todos los ecuatorianos, pero la realidad demostró que su costo no fue absorbido tan sólo por el Gobierno. Debería admitirse que desde el ámbito privado, ciudadanos y empresas cumplen también una labor social subsidiaria sin reclamar nada a cambio. En contraste, se convertirá en ley un proyecto que prevé nuestro desarrollo productivo con la participación conjunta de los sectores público y privado. Acostumbrados a escuchar las constantes diatribas presidenciales, sorprende el aparente cambio de su visión económica. Sorpresa que explica también nuestro escepticismo en cuanto a sus verdaderas proyecciones. Debemos recordar que la izquierda no dialoga, a menos que se le garanticen resultados favorables. Para la izquierda es proverbial que todo sea negociable, excepto lo suyo. Nunca ha cesado el Gobierno de renegar de la empresa privada y ahora la invita a ser socia -sin tomar parte en sus decisiones- de un desarrollo mixto en el que nunca ha creído. ¿Simple artimaña? Tenemos menos de treinta días para descubrirlo. Expreso, Año 43 N° 15437 12 oct. 2015, p. 9

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