jueves, 19 de noviembre de 2015

Época difícil

Enrique Echeverría: Que estamos en un nuevo tiempo con limitaciones económicas, no cabe duda. Los gobernantes pretenden atribuir, en parte, la culpa a la baja del precio del petróleo y al dólar que se fortalece; y se adelantan a tornarse defensores de la dolarización, a la que no le vieron con agrado hace pocos años. Sobre el exceso de gasto público, ya no se discute. Los del Gobierno dicen que no se trata de gasto, sino de inversión; y como primer argumento esgrimen las nuevas carreteras, los programas de centrales eléctricas, las ponderadas Escuelas del Milenio, aunque sean pocas; incluyendo la existencia de un Ministerio de la Felicidad. Basta ver en la calle a las abnegadas personas que tratan de vender algo para adquirir dinero. La carencia de empleos es cada vez más notable; y podría tornarse mayor si se producen despidos en la administración pública; y si empresas y negocios se ven urgidas de prescindir de una parte de su personal. No podemos desvalorizar el dólar, porque no es moneda nuestra. Pero con nuestros actos ¿hacemos posible que con esa moneda se pueda adquirir menos bienes y que los servicios cuesten más? Pensemos con realidad y respondamos sinceramente. Para muchos, el dólar se maneja como el antiguo sucre. El único ecuatoriano en peores condiciones, es aquel que percibe sueldo fijo, porque lo que adquiere le cuesta más. El Comercio, Año 110 N° 40984 (26 oct. 2015, p. 10

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