martes, 23 de octubre de 2012

NECESIDADES EMPRESARIALES / Pozo, Mauricio

La palabra empresario ha sido injustamente endilgada a una persona que no cumple sus obligaciones, es abusivo con sus empleados, pide todo al Estado pero no le retribuye adecuadamente, es insensible con la pobreza y es, en general, una suerte de beneficiado a costa de otros. Las economías avanzan gracias a la creatividad de su gente y cuando los gobiernos entienden su rol y dejan trabajar. Cuando los gobernantes no entienden lo que es un empresario ni lo que necesitan, el Gobierno interviene como cuasi empresario, lo hace mal y destruye también a buena parte de los que sí tienen esas facultades. El Gobierno no es empresario, es aquella instancia de la sociedad que representando al Estado tiene la obligación de fijar el norte de un país, de establecer las normas necesarias para que la sociedad se beneficie. No puede jamás ser juez y parte. Los empresarios del país no requieren que el Gobierno les regale nada. Requieren reglas claras, que el Gobierno dé el ejemplo, que deje trabajar, que señale con claridad cuál es el norte, que aclare sus reales intenciones, que no tenga tanta carta bajo la manga, que respete los contratos, que busque unir y no desunir, que actúe con apertura al que opina diferente, que restituya la deteriorada imagen internacional del país y que cumpla su rol de autoridad, es decir, que respete para que le respeten y que no sea juez y parte en las actividades económicas. Hoy, 6 sep. 2010, p. 4

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