miércoles, 1 de enero de 2020

Balde de agua fría

Walter Spurrier Baquerizo

Domingo, 10 de agosto, 2014

La noticia era que estábamos a las puertas de firmar el ansiado acuerdo para financiar la construcción de la Refinería del Pacífico (RdP). El Gobierno tiene una estrategia de "cambio de la matriz productiva" cuyos dos pilares son el cambio de la matriz energética y la construcción de megaproyectos para producir materias primas. RdP es el megaproyecto estrella, de convertir nuestra exportación de crudo a combustibles. Es el más avanzado, los demás solo existen en PowerPoint.

Conocemos el proyecto solo a grandes rasgos. Se sabe que por insistencia del socio escogido, Petrochina, se redujo la capacidad de la refinería a 200.000 barriles diarios y el costo a USD 10 mil millones. El Ecuador tendría el 51% de las acciones; la mayor parte de su aporte vendría de un crédito chino. Luego la empresa se endeudaría con bancos chinos y levantaría el resto del capital.

Se fijó para mayo 30 la firma del acuerdo con las partes chinas participantes; se esperaba un desembolso inminente de USD 2.500 millones y que a más tardar en el 2016 se desembolsarían los otros USD 4.500 millones. Por fin, RdP se haría realidad.
Pero pasó junio, luego julio y no se volvió a saber nada hasta la sabatina de agosto 2, en que el presidente Correa, decepcionado, informa que el flamante gobierno del presidente Xi Jinping, dentro de su campaña de investigación de la corrupción del gobierno anterior (el Partido Comunista de China cambia los mandatarios del país cada diez años), había suspendido todos los desembolsos y que el lunes 4 llegaba una misión fiscalizadora de los créditos al Ecuador.

Pero también caben otras explicaciones, distintas a las que las autoridades chinas han dado a las autoridades nacionales.

Quizás a los chinos les han entrado dudas de la conveniencia de seguir presentando tanto dinero al país. En cuyo caso, a tiempo se colocaron bonos en el mercado internacional, y el código monetario facultará a las autoridades a invertir la liquidez bancaria en bonos del Estado.

O a lo mejor tiene exclusivamente que ver con RdP.
Las autoridades se expresan como si el éxito de todo megaproyecto está garantizado. No hay tal. Todo negocio conlleva un riesgo. Si las refinerías siempre hicieran plata, existiría un número infinito de refinerías. A lo mejor las petroleras y bancos chinos llegaron a la conclusión de que RdP es muy riesgosa.

¿Cuáles son las perspectivas del negocio refinador hacia el 2020, cuando RdP esté en plena operación?

La Agencia Internacional de Energía proyecta que "dada la construcción planificada de refinerías y el crecimiento de la oferta que evita pasar el paso por refinerías, como biocombustibles y líquidos de gas natural, la industria de refinación enfrenta un nuevo ciclo de márgenes débiles y una congestión de destilados ligeros como gasolina y nafta".

Mal entorno para un negocio de exportación de combustibles que recién se inicia. Y que tiene que pagar una deuda de USD 7 mil millones más intereses, parte de la cual es crédito al Estado ecuatoriano.

Es muy pronto para saber el alcance del "estate quieto" chino. Pero harían bien las autoridades en repensar desde cero la estrategia de cambio de matriz productiva.



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