lunes, 15 de febrero de 2016

Sin orden fiscal no hay timbre

Mauricio Pozo: Hace pocos meses, en un artículo de mi autoría, analicé que la indisciplina fiscal genera desórdenes en el campo externo y en el sector financiero. La evidencia para el 2015 es clara, el déficit comercial no se ha resuelto sino más bien ha empeorado como también el desbalance en la cuenta corriente. Si el Gobierno adopta la iniciativa de Alberto Dahik sin eliminar todas las restricciones existentes como las salvaguardias, el impuesto del 5% a la salida de divisas y varios tributos excesivos para las importaciones, una alternativa que busca que las divisas de exportación se subasten para atender la demanda de importaciones, puede resultar en un remedio peor que la enfermedad. El Gobierno va a pretender manejar el stock de dólares del comercio exterior y en esta hambruna de dólares puede iniciar un proceso de tardanza en la entrega de divisas o uso de la liquidez en objetivos fiscales. El equipo económico es como un niño que no se percata de los riesgos, es casi como ofrecerle a esa criatura un revólver cargado para que juegue. Ni siquiera la propuesta del Gobierno de alianzas público–privadas da paso a una participación activa del sector privado, peor se puede esperar en el manejo de la liquidez del comercio exterior. No es un sistema de incautación de divisas, puede desencadenar en él. No hay nada más eficiente que un sistema simple de oferta y demanda de divisas, pues interponer discrecionalidad en este mercado puede degenerar en una suerte de oligopolio de dólares. Es más, conociendo la falta de prudencia oficial, un esquema de esta naturaleza puede abrir la ventana para hacer política monetaria y cambiaria, paradójicamente en una economía sin moneda propia. Aun sin timbre cambiario las restricciones para importar y el impuesto del 5% a la salida de capitales ya no tienen sentido. La recesión termina siendo el amortiguador natural de las importaciones porque simplemente se reduce la demanda. El Comercio, Año 110 N° 41016 27 nov. 2015, p. 11

No hay comentarios:

Publicar un comentario