lunes, 15 de febrero de 2016

La Argentina

Washington Herrera: Las crisis económicas empujan a la alternancia de los gobiernos de izquierda o derecha. Mas, en la Argentina la elección de Mauricio Macri rompe el mito de la inexorabilidad del peronismo e implica un objetivo superior: la imperativa compatibilidad entre continuar con lo bueno que se ha hecho en lo social con los ajustes necesarios a un programa económico desequilibrante. Su desarrollo económico ha tenido aciertos y errores que han marcado ciclos de progreso y retroceso. Al final del siglo XX sufrió una depresión económica que empobreció a mucha gente y exacerbó la turbulencia política que ha estado presente en su devenir. Pero luego la economía se recuperó y hubo avances sociales que fortalecieron a la clase media y al país en general, con base en políticas de mejoramiento en el desarrollo humano, que se evidenció hasta el año 2013. Desde entonces su crecimiento bajó del 2,9% a menos del uno por ciento, la inflación se desató hasta el 25%, desmejoró el empleo y aumentó el número de pobres de última data. En esta realidad coyuntural hay que analizar la contienda electoral, que disputaron dos potentados políticos con pasado neoliberal: Daniel Scioli y Macri, producto del predominio de la inmigración europea. Macri triunfa con alrededor del 3% de los votos por las dificultades últimas de la política económica kirchnerista, por el cansancio de la población de un gobierno prolongado que generó un voto en contra y porque la clase media quiere seguir prosperando, aun a sabiendas que habrá de hacer sacrificios. El Comercio, Año 110 N° 41013 24 nov. 2015, p. 10

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