sábado, 18 de octubre de 2014

FINANCIAMIENTO PRIVADO / Herrera, Washington

Sin nuevas inversiones no habrá más desarrollo, ni más empleo ni consolidación de la justicia social. Hasta ahora, el progreso del Ecuador se ha basado en la inversión pública y marginalmente en la privada, pero este esquema ha llegado a un límite que estancará al país. Los déficits fiscales del 2014 y 2015 se satisfarán con más deuda y no con más producción y los prestamistas querrán saber cómo va a pagar el Ecuador si se va a lentificar el crecimiento económico. Proyectos complejos, como el Metro de Quito, debieron ser promovidos con base en la inversión privada, negociando el precio del pasaje, el necesario subsidio estatal a los constructores y el tiempo de la concesión. Todavía hay tiempo de explorar el interés privado en obras de esta naturaleza, incluso para probar la verdadera viabilidad de este tipo de proyectos. Asuntos de esta magnitud quisiéramos escuchar en las sabatinas, en lugar de temas menores. El Comercio, 16 sep. 2014, p. 6

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